Efecto de la vacunación disminuirá los ingresos a CTI pero no los contagios, según los expertos

El inmunólogo Álvaro Díaz explicó a El Observador que esta cepa "en cierto punto" escapa a los anticuerpos neutralizantes generados por las vacunas. En Sinovac, por ejemplo, el nivel de anticuerpos que genera esas dosis cae cuatro veces frente a la P1 y si bien los datos de efectividad que presentó el Ministerio de Salud Pública (MSP) sobre esa vacuna "son una muy buena noticia", lo es para la reducción de la infección severa que causa los ingresos a CTI o la muerte.

Y ese es el escenario esperable. Cuando comenzó la vacunación, tanto el MSP como la Comisión Nacional Asesora de Vacunación (CNAV) explicaron que el plan tenía, básicamente, tres objetivos: reducir la mortalidad, los cuadros graves y la presión sobre el sistema de salud, que fue priorizado y se vacunó con Pfizer.

"Hay un numero de prevención de ingreso a CTI del 95%, es un nivel de protección muy bueno en el contexto de Uruguay", consideró Díaz sobre la vacuna de Sinovac.

El impacto de la vacunación en los CTI

Entonces, ¿cuándo se comenzará a traducir esa efectividad en la disminución de ingresos a cuidados intensivos? Para el presidente de la Sociedad Uruguaya de Medicina Intensiva (SUMI), Julio Pontet, podrá comenzar a descender cuando el 45% o 50% de la población haya alcanzado la inmunización completa, es decir, cuando pasen 14 días desde la aplicación de la segunda dosis. Para el  intensivista "es difícil" adelantar cuándo será ese momento, pero lo cierto es que en las próximas dos semanas no habrá un descenso.

Díaz coincidió con ese pronóstico. "Posiblemente ese descenso se podría ver cuando el 45% estén completamente inmunizados", dijo. 

Aunque, el experto aclaró que para precisar una fecha es necesario hacer un análisis de datos. "Adivinando, en el correr del mes que viene podemos empezar a ver que baja en los ingresos a CTI" como efecto de la vacunación porque los datos de efectividad reportados por el MSP "garantizan que las dos vacunas principales que usa Uruguay" tienen un nivel de protección "enorme" para evitar ingresar a CTI, incluso en un escenario donde la variante P1 es predominante, señaló.

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Incluso, remarcó el inmunólogo, es posible que las vacunas ya estén evitando algunos ingresos a CTI, pero la cantidad de contagios diarios no permite visualizar con claridad ese fenómeno. El descenso dependerá en gran medida de la vacunación pero también de la cantidad de casos que haya.

En algunos países el descenso de cuadros graves que requieren internación en cuidados intensivos, se comenzó a ver cuando el 40% de la población estaba completamente vacunada. Pero, en Uruguay ese escenario "parece demasiado optimista", debido a la alta circulación comunitaria del virus, la correlación del aumento de casos con el de ingresos a CTI y la incidencia de la variante P1, explicó Pontet.

"Israel consideró que tenía una inmunidad de rebaño al 58%, pero nosotros estamos contra la peor variante, en principio, porque es más contagiosa", ejemplificó. A su vez, Israel vacunó a su población con las dosis de Pfizer, que tienen una efectividad superior a las de Sinovac, que Uruguay aplicó de forma mayoritaria.

Cuando los porcentajes de vacunados en la población comiencen a incrementarse, "va a ser un evento raro la necesidad de ingreso de pacientes completamente inmunizados a los CTI", consideró Pontet.

Hasta el momento, Uruguay lleva vacunado con dos dosis al 28,23% de la población, según el dato del monitor de vacunación del MSP. En total, esa cifra representa a un millón de personas; para llegar al 45% que plantean Pontet y Díaz, será necesario vacunar a unas 600 mil personas más.

Para ambos expertos, no será necesario llegar al 70% de la población completamente inmunizada para que los cuadros graves de covid-19 empiecen a disminuir, pero, la otra cara de la moneda es que tampoco se precisará ese porcentaje para que los contagios disminuyan.

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"La inmunidad de rebaño está muy lejos", dijo Díaz y agregó que con el nivel de efectividad demostrado en el estudio del MSP –que es del 57% de reducción de infección para Sinovac y del 75% para Pfizer– "es muy difícil que podamos llegar a una inmunidad de rebaño". En ese ideal, la vida cotidiana puede prescindir de medidas no farmacológicas –como el uso del tapabocas y la distancia social– y es un momento "en el que las vacunas aguantan solas".

Pero, en el contexto de Uruguay, "aun si tuviésemos al 70% con dos dosis, con las vacunas que usamos y la eficacia que vemos, probablemente no alcanzaría solo con las vacunas", consideró.

Si bien las vacunas "van a hacer fuerza" para reducir los contagios, "no van a ser suficientes". El objetivo del plan está orientado a reducir los cuadros graves y las medidas sanitarias deberán continuar para colaborar con el descenso de casos e incluso, será necesario recurrir a una tercera dosis de refuerzo.

Todavía no existe evidencia científica sobre el cruce entre Sinovac y Pfizer, que son las vacunas que Uruguay adquirió de forma mayoritaria, pero esos estudios "tarde o temprano van a llegar", dijo el inmunólogo, porque otros países, como Chile o Brasil, también estarán interesados en cruzar dosis para reforzar la inmunidad.