El miércoles 21 al mediodía, cuando –como es tradicional– la Asociación de Funcionarios del Servicio Exterior (Afuseu) despedía a los embajadores que a la brevedad saldrían a sus nuevos destinos, nada parecía indicar que pocos días después la mayoría de la Cancillería tendría que hisoparse y pasar a hacer cuarentena.