“Estamos todos alineados midiendo la cuentita de la reducción de gases de efecto invernadero y las hectáreas de bosque nativo. Son metas ambiciosas y vamos a trabajar para lograr esos objetivos”, dijo este viernes la ministra de Economía y Finanzas, Azucena Arbeleche.
Uruguay debutó esta semana en el mercado de los bonos sostenibles con una emisión en dólares a 2034 por un monto global de US$ 1.500 millones. La posibilidad de pagar menos intereses si se sobrecumplen metas ambientales y la inclusión del área de bosque nativo como indicador clave, hacen que esta transacción sea pionera en el mundo.
Con la emisión de este tipo de bonos, Uruguay vincula el costo de la deuda al cumplimiento de objetivos ambientales estableciendo, además, que el desarrollo sustentable del país es un objetivo conjunto de los sectores público y privado.
Arbeleche destacó que en un mundo que se caracteriza por la “gran incertidumbre” internacional, Uruguay emitió un bono “pionero” en el mundo por sus características. “Es la primera vez que las finanzas y el ambiente se entrelazan”, apuntó.
En ese sentido, explicó que por primera vez un instrumento “ata” los compromisos del Acuerdo de París con una consecuencia. “Hasta ahora los países habían presentado sus objetivos, pero no había consecuencia concreta de no cumplimiento de esos objetivos, al menos en lo que tiene que ver con tema económico”, dijo en rueda de prensa.
“Con este producto económico Uruguay demuestra que realmente el ambiente importa. (…) Cada vez más en el mundo que vivimos se va a pedir este sello de calidad ambiental”, afirmó la ministra.
El jefe de mercados de HSBC Uruguay, Santiago Vitacca, calificó la operación como “histórica” para el gobierno uruguayo, y destacó que su diseño “transforma” un compromiso no vinculante como el Acuerdo de París “en algo que termina afectando las finanzas”. “Se asume un grado de compromiso superior”, dijo a El Observador.
Es también una vía para ampliar la base inversora de la deuda uruguaya dentro de un segmento que tuvo un boom a partir de 2021 y que se prevé seguirá desarrollándose en los próximos años.
“No hay ninguna duda que el mundo va para ahí. (…) Hay cada vez más fondos que tienen restricciones de inversión y que tienen foco en todo lo que es sustentabilidad. Las decisiones de inversión y no inversión no solamente la determinan las estructuras y los raiting (calificación) de créditos, sino el perfil del emisor con respecto a temas ambientales y de sustentabilidad”, apuntó Vitacca.
Además, el ejecutivo valoró que la transacción se ejecutó en un momento “extremadamente complejo” para los mercados por la volatilidad e inestabilidad a nivel global.
Este tipo de bonos también podría ser una alternativa de futuro para emisiones en pesos nominales como ha hecho el gobierno en otras ocasiones. “Sería agregar más grado de desafío, pero es posible. Es un mercado que recién está arrancando y los mercados en moneda nacional siempre son difíciles. Creo que es un desafío un poco más lejano en el tiempo”, consideró.
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