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El boom de prestamistas chinos que ofrecen millones de dólares

Estiman que créditos impagos pueden llegar hasta los US$ 392.000 millones
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29 de diciembre de 2017 a las 05:00

Por Alexandra Steverson (New York Times News Service)

Bai Shichao tiene un problema de deudas que es mayor a su salario, y esto también es un problema en el resto de China. Bai, un repartidor de 30 años que reside en Pekín, ha pedido prestadas fuertes sumas de dinero a las filas crecientes de prestamistas de efectivo en línea que hay en China. En un país donde escasean las formas confiables para saber cuál podría ser un buen prestamista, estos utilizan la inteligencia artificial e información personal curiosa –como monitorear qué tan rápido escriben en sus teléfonos los probables prestatarios– para determinar quién les va a pagar.

Con Bai, fracasaron. Primero, pidió prestado para empezar un negocio. Cuando este se vino abajo, pidió prestado para apostar en el carbón, el aceite de canola y el azúcar en los mercados futuros de China. Pronto, Bai comenzó a pedirle a un prestamista para pagarle a otro. En la actualidad, Bai tiene una deuda de más de US$ 5.000 y un sueldo de menos de US$ 600 al mes.

"Es como apostar", mencionó Bai, un desertor universitario que ha pasado por una serie de trabajos no especializados, como guardia de seguridad o mesero. "Empiezas a apostar. Pronto te vuelves adicto".

Con más de US$ 100.000 millones en préstamos y las preocupaciones crecientes entre los consumidores chinos respecto de su privacidad, Pekín está empezando a llevar las riendas de un auge despreocupado y bien financiado de préstamos personales en línea.

Los controles oficiales

En noviembre, el Banco Popular de China, el banco central del país, impidió que las empresas y las personas empezaran a montar plataformas de préstamo de efectivo en línea.

En China, se están apilando los pequeños préstamos. Más de 8.600 empresas ofrecen algún tipo de préstamo pequeño y cerca de US$ 145.000 millones de esas deudas siguen sin ser pagadas, según el Banco Popular de China. Otros cálculos llegan hasta US$ 392.000 millones, según Boston Consulting Group. El gobierno no monitorea las tasas de incumplimiento entre los prestamistas en línea, los cuales divulgan muy poco sobre ellos mismos.

"Nos preocupa que, en un entorno donde no hay un sistema efectivo de crédito, la gente tienda a endeudarse en exceso, en especial cuando llegue el capital", afirmó Bai Chengyu, un ejecutivo de la Asociación China de Microfinanzas, quien no está relacionado con Bai Shichao.

En un inicio, estos prestamistas surgieron como una solución para ese problema: cómo prestarle a la gente que no tiene historial crediticio. Según la mayoría de los estimados, podrían ser cerca de 1.000 millones de personas.

China recurrió al veloz sector de la tecnología. En la actualidad, miles de aplicaciones chinas ofrecen efectivo o financiamiento, a menudo en segundos, con base en una gran variedad de información, la cual a veces es demasiado personal. Las empresas de internet y las firmas financieras más grandes de China están financiando la iniciativa.

Hace dos años, el banco central pidió a las empresas de internet más exitosas de China –incluidas las filiales de los sofisticados gigantes en línea Tencent Holdings y Alibaba Group– que crearan sus propios sistemas de calificación crediticia. Desde entonces, el banco se ha negado a emitir licencias que podrían formalizar esos sistemas, y los funcionarios han señalado en reportajes de noticias locales que el plan no ha satisfecho las expectativas.

El mes pasado, una asociación financiera por internet afiliada al Banco Popular de China anunció que tenía planes de comenzar un sistema que calcularía datos de las enormes firmas tecnológicas de China. Se ofrecieron muy pocos detalles acerca de la operación.

Las nuevas plataformas de préstamo en línea también acarrean problemas respecto de la privacidad, una preocupación pública nueva pero que va en aumento en China. Muchas plataformas que monitorean el uso de los teléfonos inteligentes tienen acceso a información como servicios de localización, listas de contactos telefónicos y registros de llamadas que se pueden utilizar para rastrear y acosar a prestatarios morosos.

"El gobierno ha tenido muchos problemas porque se percató de que la información personal de los consumidores está en todas partes", afirmó Liu Yue, un socio de Boston Consulting Group en Pekín.

"Pero en realidad no sabe cómo cambiar la situación porque la información ya se está utilizando". El mes pasado, la provincia de Guangdong, ubicada al sur de China, advirtió que más de una decena de aplicaciones tenían filtraciones de seguridad, las cuales permitían que las empresas robaran información de los usuarios. Después, se usaba parte de esta información para acosar a los prestatarios, sus amigos y sus familias.

Una de estas aplicaciones se llama Paipaidai. Hace poco tiempo, su empresa matriz, PPDAI Group, cotizó sus acciones en Nueva York. Las autoridades de Guangdong señalaron que la aplicación envía los contactos de los usuarios sin permiso. La práctica "exponía gravemente la privacidad de los usuarios", mencionaron las autoridades.

De la ayuda a la amenaza

Durante el arranque de préstamos compulsivos que tuvo, Bai Shichao, el repartidor de comida con un problema creciente de deudas, recurrió a algunos de los servicios de préstamos en línea más vigilados y mejor financiados de China. Uno de estos fue una empresa llamada Smart Finance. Su aplicación –Yongqianbao, o "cartera de uso" en chino– le ayudó a crear un sistema de calificación crediticia con base en 120 funciones de datos relacionadas con el comportamiento de los usuarios. Yongqianbao después conecta a los prestatarios potenciales con los prestamistas.

Con el respaldo de un vehículo de capital de riesgo propiedad de Kai-Fu Lee, el exdirector de Google China y un prominente inversionista en empresas nuevas de la nación asiática, Smart Finance ha aprobado US$ 1,5 millones en préstamos al mes. Sin embargo, Bai mencionó que en setiembre había recibido un préstamo de US$ 270 por parte de Yongqianbao. Gracias a la alta tasa de interés, el balance había crecido a más de US$ 330 a mediados de noviembre.

A cambio de los préstamos, Bai ha dado una gran cantidad de información personal a las plataformas prestamistas... y ahora la están usando. Primero, llamaron a la gente que tenía como contactos de emergencia, relató. Después comenzaron a llamar a otras personas que estaban en los contactos de su teléfono.

Algunos cobradores le envían mensajes de texto en los que le dicen que conocen su ubicación por medio de su teléfono. "Es una amenaza", comentó Bai.

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