Una de las metas más ambiciosas y desafiantes que se trazó la administración del gobierno de Lacalle Pou fue la de reducir sensiblemente los niveles de inflación de Uruguay durante su período de gobierno. El objetivo fijado en la ley de Presupuesto (y ratificado en la última Rendición de Cuentas) es finalizar 2024, el último año calendario del gobierno con un guarismo de 3,7%, menos de la mitad de la evolución que mostraron los precios en los 12 meses a octubre (7,9%). Para ello, se requiere cierta consistencia y coordinación entre la política salarial, fiscal y monetaria. Precisamente, la primera, parece despegarse en la negociación de los Consejos de Salarios que está en curso y que el gobierno pretende cerrar en dos semanas. ¿Cómo puede pegarle esto a la credibilidad de las metas trazadas por la autoridad monetaria y el gobierno? De eso irá esta entrega de Rincón y Misiones.
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