El COP26 logró que por unos días los titulares del cambio climático desplazaran a los del covid. Con dilemas muy parecidos a los que planteó la irrupción del virus, el debate se encauza por canales similares. Desde posturas negacionistas hasta otras tremendistas que plantean cambios muy difíciles de plasmar; al menos en el mediano plazo. En la zona gris de lo factible, toca a los Estados consensuar de forma coordinada con otros agentes, sobre todo con las empresas, un esquema viable para reducir los gases de efecto invernadero.
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