Por Paola Nande, especial para Referí
Correr es un deporte que trae múltiples beneficios a nuestra salud. Mejora el sistema inmunológico y el sistema cardiovascular. Aumenta la capacidad pulmonar y acelera el metabolismo. Fortalece los huesos, ayuda a controlar el peso, tonifica, y por la noche nos ayuda a descansar mejor.
Sin embargo, para aprovechar todas estas ventajas es necesario saber en qué condiciones nos encontramos físicamente, y así poder disfrutar de la actividad sin preocupaciones.
El primer paso es realizarse una evaluación médica con nuestro médico de cabecera o comenzar con un médico formado en medicina deportiva para saber cómo nos encontramos, sobre todo aquellas personas que comienzan a salir de la vida sedentaria.
El médico llevará adelante un examen cardiovascular para identificar posibles factores de riesgo, además de considerar la historia médica y familiar del paciente.
También es necesario llevar adelante exámenes clínicos tales como un electrocardiograma, test de esfuerzo, exámenes de laboratorio, de manera de medir el nivel de colesterol y azúcar en la sangre.
El médico y deportista Wilson Guillen recomienda: “Para iniciarse en el deporte recomiendo a la población en general un correcto examen físico, una correcta historia clínica y la búsqueda de antecedentes familiares, como muerte súbita, arritmia o cualquier patología cardíaca. Según los resultados se evalúa cómo seguir estudiando a cada paciente y si amerita hacer estudios más complejos”.
En el caso de los atletas de elite, alto rendimiento, o cualquier persona que comienza a aumentar la intensidad y a exigirse en sus desafíos, se llevan adelante los siguientes chequeos médicos:
• Evaluación física
• Electrocardiograma. Permite la detección de alteraciones eléctricas, arritmias, modificaciones que sugieren la presencia de enfermedades del músculo cardíaco.
• Ecocardiograma. Permite analizar el tamaño del corazón (cavidades y paredes), forma de contracción, y estado de las válvulas.
• Ergometría. Consiste en hacer un esfuerzo físico en una bicicleta fija o un caminador, controlando a la persona con un electrocardiograma en forma permanente y tomando la presión cada dos o tres minutos. Permite obtener datos sobre la respuesta del corazón al esfuerzo intenso, el cual puede ser igual a superior al ejercicio que se va a practicar.
Al mismo tiempo debemos complementar nuestros exámenes con una evaluación músculo-esquelética, que será fundamental para identificar lesiones actuales, antiguas o posibles secuelas.
También es necesario una evaluación nutricional, y ver en qué condiciones físicas nos encontramos a nivel de postura, flexibilidad, fuerza y capacidad aeróbica.
Recuerda que la revisión médica es un requisito crucial al que debe someterse cualquier persona que quiera iniciarse en el running o también en cualquier otra actividad deportiva.
Una correcta evaluación no solo mejorara tu seguridad, sino que además permite orientarte en la búsqueda de un mejor rendimiento a medida que avances deportivamente.
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