El cuidado de los colaboradores en el centro de la discusión

En el marco de la pandemia por covid-19, el cuidado de los colaboradores y colaboradoras –así como el de los socios o clientes y de los proveedores– de cada empresa tuvo que haber estado en el centro de la discusión desde el primer momento, adoptando una actitud solidaria y socialmente responsable, en la interna y con la sociedad en su conjunto, contribuyendo así a la no propagación del virus. Asimismo, se hizo aún más necesario un liderazgo institucional fuerte desde donde parte la contención de cada integrante.

En nuestro sector, como en otros vinculados a la salud, cuidar al que cuida es la base. Para ello, la primera recomendación, es trabajar con el asesoramiento y orientación de un equipo técnico, un Servicio de Seguridad y Salud Ocupacional (interno, externo o ambos).
Cumplida la etapa de informar sobre el covid-19, sobre cómo afecta al servicio y brindando las medidas de bioseguridad y actualizaciones (recomendadas por el MSP y las propias), las empresas deben estar en contacto permanente con sus colaboradores/as, brindando apoyo y contención en todo momento y asegurando todas las vías de comunicación disponibles.

Eso está vigente para todos, para quien continúa trabajando (presencial o teletrabajo) y para quienes deben quedarse en sus casas por ser población de riesgo.
Además, cuidar al que cuida redunda en quien recibe el servicio. Esta premisa es fácilmente trasladable a otros sectores empresariales, por ejemplo, en un supermercado o autoservicio, en una red de cobranzas o en el transporte colectivo.

Si todas las empresas trabajan para cuidar a sus colaboradores también estamos colaborando en el cuidado de toda la sociedad, porque minimizamos la circulación del virus. Por ejemplo, un guardia de seguridad en la puerta de una sociedad médica al que la empresa le provee el tapabocas de tela, no solo se está protegiendo, sino que también está cuidando a los afiliados que concurren a una consulta médica impostergable y a todas las personas con las que se cruce, por ejemplo, en el ómnibus o en cualquier otro lugar cerrado.
Ese ejemplo aplica también para el sector de los cuidados, que están expuestos cuando realizan un servicio en sanatorio o domicilio, en los traslados y en su vida cotidiana.
Desde las empresas es necesario adecuar los protocolos de seguridad, de acuerdo a las distintas tareas, y es recomendable instalar una metodología de revisión permanente. En particular, extremamos las medidas de bioseguridad tanto en oficinas como para quienes trabajan en los servicios.
Cuando cuidamos al que cuida, quien recibe la atención lo nota. Un colaborador contenido por la institución a la que pertenece, lo transmite hacia afuera. Y esa contención empieza desde arriba.

En estos momentos –más que nunca– es necesario un liderazgo fuerte, un capitán de barco que de seguridad, confianza y que marque el camino a transitar.
Ese liderazgo asertivo derrama en toda la organización mediante la comunicación. En este contexto de pandemia por covid-19, mantener a los colaboradores informados de manera transparente es un factor de éxito.

Cada colaborador, sin importar la tarea que realice, sabe que cuenta con un equipo humano capaz de contener las situaciones más diversas, en cualquier horario, siempre a disposición de quien lo requiera, hacia la interna y también externamente (socios, proveedores).
Por último, un proceso exitoso se conforma con el reconocimiento –en lo posible, individualizado– a cada colaborador por dar el mayor esfuerzo y ser flexibles en este momento extraordinario.