Walter Díaz vivía en La Floresta –Canelones– y se dedicaba a la recolección, procesamiento y comercialización de hongos, para lo cual viajaba con frecuencia al litoral norte, hasta que hubo un clik en su vida: la aparición en Uruguay del brote de fiebre aftosa a inicios de este siglo. Las restricciones que derivaron de ese emergencia sanitaria, cuando la movilidad de personas y producción en el país se limitaron, terminaron por afincarlo lejos del sur, en la localidad sanducera Orgoroso, donde sigue ejerciendo esa actividad.
Esta semana El Observador dialogó con Díaz, a propósito de una novedad: a partir de este año, en Piedras Coloradas –Paysandú–, vecinos de la zona podrán realizar un curso sobre conservación, reconocimiento y desarrollo de emprendimientos productivos con hongos, que sucederá gracias a un convenio de la empresa Montes del Plata y la Universidad del Trabajo del Uruguay (UTU).
Díaz recordó que “acá hace 20 años nadie sabía lo que era un hongo, recuerdo que se juntaba al estilo esponja, se agarraba de todo con los hongos... eso fue mejorando con los años y ahora que se hable de un curso en serio es algo muy positivo, porque nos va a servir a todos para mejorar”.
Tras explicar que por un tema de tiempos el curso no lo hará él, pero sí su señora –“ya se anotó”–, dijo que hoy sigue comprándole hongos a un conjunto de recolectores, que los acopia en las localidades sanduceras de Orgoroso y Guichón y en otras tres de Río Negro (Algorta, Paso de la Cruz y Grecco), les hace un procesamiento y los vende en Montevideo.
Díaz paga de $ 15 a $ 22 por kilo de hongo que los recolectores le traen desde los bosques –para lo cual esos “cosechadores” cuentan con los permisos correspondientes–, precio que varía con base en diversos factores, entre ellos la cantidad y la calidad del hongo que recibe.
“Ni que hablar que es algo muy importante que la gente pueda capacitarse, que aprenda a hacer mejor las cosas, nosotros siempre recomendamos que la gente haga estos cursos”, reflexionó.
Las cifras
240 personas son recolectoras de hongos en la zona.
250 mil kilos –aproximadamente– es lo que se recolecta cada año.
96% de la producción es lo que se destina al mercado nacional y el resto es para autoconsumo o venta local –son datos aproximados–.
4 procesadores de hongos hay en la zona; compran a los recolectores, lo procesan y lo comercializan en el mercado nacional.
Fuente: Montes del Plata
Diversificar el uso del suelo
Carolina Moreira, gerenta de Sustentabilidad y Comunicaciones de Montes del Plata, informó que “desde 2017 venimos trabajando con el desarrollo de los hongos como un producto no maderero del bosque. Un predio forestal puede tener varias producciones dentro, es el concepto de uso compartido del suelo, en el que por ejemplo se hace ganadería en las zonas no plantadas de cada predio (que alcanzan un 35 a 40% del área), en el que se hace apicultura, donde las abejas aprovechan el refugio y la alimentación de los montes y los pastizales que en los predios forestales se conservan, donde se aprovechan los residuos forestales y en este caso, donde se generan actividades económicas a partir de los hongos que naturalmente surgen debajo de los árboles”.
“Esto además de integrar producciones y diversificar el uso del suelo, genera fuentes de ingresos a las comunidades vecinas. Lo que este proyecto busca es que sea un ingreso permanente y no zafral y que se maximice la rentabilidad para el primer escalón de la cadena que está en la recolección y tratamiento de los hongos y que esto sea parte del desarrollo local”, complementó.
“En 2018 realizamos un diagnóstico acerca de la cadena de valor del hongo en la zona, identificando conexiones y caminos potenciales para su desarrollo con el objetivo de valorizar el recurso y el oficio del recolector”, destacó.
La idea de desarrollar un trabajo asociativo y articulado con los actores involucrados surgió a través de la participación de la empresa en las reuniones de las fuerzas sociales de la localidad.
Exigencias y conocimientos
Danny Silveira –director de la Escuela Técnica de la UTU en Guichón– explicó a El Observador que “el curso para operadores en reconocimiento, observación y emprendimientos en hongos está dentro del formato de capacitaciones de UTU”.
El requisito para participar es tener 18 años cumplidos, haber completado la educación primaria y estar vinculado a la recolección de hongos.
Durará aproximadamente cuatro meses y se dictará en Piedras Coloradas, donde funciona un anexo de la Escuela Técnica de Guichón.
Ya hubo una preinscripción, explicó Silveira, con la idea de manejar un grupo de 20 personas, pero dados los perfiles obtenidos se estima que serán 23 o 24 los participantes en esta primera experiencia. Se aspira a que sean recolectores y la UTU lo que hará es certificar su idoneidad.
“Se brindará un paquete de tres aportes: la parte de manejo específico, respaldado eso por una currícula particular; se brindarán herramientas de emprendedurismo como conocimientos de la importancia de una empresa unipersonal, servicios que brinda el Estado para los emprendedores a través del Ministerio de Desarrollo Social y la importancia del registro de una marca o una certificación de calidad; y el curso prevé horas de seguimiento de proyectos: si logramos que un grupo se interese por realizar un proyecto de recolección y venta el curso le ampara un seguimiento y asesoramiento de 40 horas posteriores al curso”.
Considerando que la cosecha de hongos tiene dos grandes temporadas, la de otoño que es la más importante y la de primavera, la idea es hacer la capacitación en otoño de modo de aprovechar eso, dado que se le atribuye alto valor a las instancias de campo.
Dadas las restricciones que guardan relación con la emergencia sanitaria por la pandemia de covid-19, la idea era iniciarla en abril, pero tal vez quede para mayo.
Piqsels Hongos recolectados y prontos para el procesamiento. A góndolas y carritos
Desde Montes del Plata se indicó, además, que el hongo del eucalyptus crece naturalmente en los montes, principalmente en otoño y primavera, cuando es recolectado por personas de las comunidades vecinas a las plantaciones y comercializadas por diferentes vías, por las cuales llegan a las góndolas de los supermercados o a los carritos de comida callejera.
Con este curso la empresa se propone que personas de la comunidad puedan validar sus conocimientos y agregarle valor para generar mejores ingresos y apostar al desarrollo de su comunidad trabajando en la formalización y promoción de la asociatividad.
El curso de 120 horas incluye contenidos de seguridad y salud ocupacional, diferenciación de tipos de hongos, formalización laboral, gestión, comercialización, emprendedurismo, incubadora, manipulación de alimentos y diferentes formas de prepararlo: disecado, conservas, etcétera.
En Piedras Coloradas
Piedras Coloradas es una comunidad de 1.000 habitantes, ubicada sobre la ruta 90, en Paysandú.
Enclavada en el corazón de la producción forestal, es conocida como “la capital de la madera” y es vecina de numerosos predios forestales de Montes del Plata.
Con este proyecto la compañía busca darles valor y visibilidad a saberes locales, ya que la recolección de hongos y las preparaciones con este producto forman parte de la identidad de la comunidad.