En las elecciones de 2018, Datafolha, una de las principales encuestadoras de Brasil, realizó sus habituales sondeos para la segunda vuelta. En ninguno de los escenarios posibles para Jair Bolsonaro –ya fuera frente a Fernando Haddad, frente a Ciro Gomes o a Gerardo Alckmin–, podía derrotar a su contrincante. Sin embargo, Bolsonaro derrotó con luz a Fernando Haddad del PT por 55% a 46%. Menuda sorpresa.
El pasado 2 de octubre ocurrió algo semejante. La gran mayoría de las encuestas (y en Brasil son muchas) daba una ventaja de 15 puntos porcentuales a favor de Luiz Inácio Lula da Silva.
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