El escape de Frankie Lampariello

Para el bajista, cantante y compositor Frankie Lampariello, el éxito para una banda llega si todo se hace bien, los integrantes se esfuerzan en conseguir recitales y difundir su música y si hay suerte. Para Hereford, la banda que integró entre 1995 y 2013, el momento que lo cambió todo fue la canción Bienvenida al show.

"Estábamos a punto de ir a España a probar suerte allá, yo tenía a mi esposa embarazada y la iba a dejar acá unos meses. Hereford tocaba en chiviterías por US$ 170. Parecíamos una banda de cumbia. Y entonces Orlando Pettinati, que estaba en su mejor momento radial, lo empezó a pasar todos los días. Y de repente estábamos en el medio de una gira de tres años con ese disco, que tuvimos que cerrarla porque íbamos a sacar otro disco", recordó Lampariello.

La explosión de la banda generó una exposición que impidió al grupo tocar tan seguido como hasta entonces. Las presentaciones en Montevideo no superaban las dos por año, que se sumaban a las giras por el interior. "Era poco, y además no quedaba margen para tocar en lugares más chicos, y de ahí surgieron Los Hermanos Brother", explicó su vocalista.

Ese proyecto paralelo contaba en su formación inicial con Rodrigo Trobo, baterista de Hereford. Mientras esperaban que Guzmán Mendaro y Diego Martino (los otros dos miembros de Hereford) lleguen a los ensayos, entre Lampariello y Trobo desarrollaron este grupo.

Al principio era un grupo de covers que se juntaban a tocar en lugares "guerreros" temas de Alice in chains, Nirvana y Foo Fighters, pero también de bandas como Durán Durán, en tono de broma. Hasta que empezaron a aparecer las composiciones propias y todo cambió: "porque ahí agarramos otra responsabilidad", dijo Lampariello.

Diez años, tres discos, cambios de integrantes y varias nominaciones al premio Graffiti (la más reciente este año) después, los Hermanos Brother festejan su aniversario esta noche a las 22 horas en Bluzz Live con un show en el que prometen invitados - incluyendo varios de los miembros anteriores de la banda - y un repaso a toda su trayectoria.

Lampariello celebra así la primera década de existencia de un proyecto que comenzó como algo paralelo a Hereford, como una forma de tener más libertad sobre el escenario.

"Hereford, como todas las bandas que suenan, tenía una estructura que no permitía escapar. Hoy no vas a ver La Trampa tocando una de Katunga para romper los huevos. Con los Brother hay libertad y nos cagamos de risa, hago chistes en el medio del show, y es algo que con Hereford no podría haber pasado, éramos cuatro personas muy estructuradas en escena (abajo no)", comparó el músico.

En paralelo a este festejo, Lampariello también prepara su primer disco como solista. Actualmente solo restan grabar las pistas de voz de algunas canciones, además de la mezcla y masterización, por lo que prevé su lanzamiento para setiembre.

En este disco, en el que las composiciones propias se cruzan, por ejemplo, con un cover de Gustavo Cerati, Lampariello canta, toca el bajo (a excepción de dos canciones en las que toca Fernando López, bajista de los Hermanos Brother) y hasta estuvo a cargo del arte.

Pero se rodeó de colaboradores: cuenta un total de diez guitarristas invitados entre los que se cuentan Bruno Andreu de Once Tiros, Hugo Díaz de Trotsky Vengarán y Federico Navarro, además del resto de sus compañeros de los Brother.

La razón para grabar, al igual que todo lo que hace con los Hermanos Brother, es llevar la música al vivo: "desde mi época de Hereford digo que los discos son un medio para un fin, que es tocar y mostrar lo que hiciste", considera Lampariello. "El disfrute de subir a un escenario no se compara con nada. Es como el sexo, por lo íntimo, pero no es igual. Por algo los músicos tocan, más allá del negocio,como nos pasó a nosotros con Hereford, que vivíamos de eso".

El músico reafirma que no toca por dinero, ni por fama, y de hecho asegura que no gana dinero con su actividad. Por eso se enoja ante las críticas de colegas que lo atacan, por ejemplo, por participar en shows tributo.

"Por ahí hay como un resentimiento por la época de Hereford. Se asocia una banda que no les gusta, y se dice que los miembros son unos hijos de puta, y después te conocen y se dan cuenta que no. Cada uno tiene sus gustos y eso está bien, es normal, pero tocar en una banda que no te gusta no lo convierte al músico en una mala persona, o en un agrandado", sentenció.

Si hay algo de lo que Lampariello está seguro es de que la música va a ser el eje de su vida hasta el final. "Voy a seguir con esto aunque tenga que bajar del escenario con un bastón. Yo ahora tengo 47 años, pero cada vez que me subo al escenario me siento como si tuviera 17".