Rusia 2018 > SUIZA 2-SERBIA 1
El festejo de los suizos y una herida de guerra que sigue abierta
Suiza le dio vuelta el partido a Serbia el viernes, le ganó 2-1 y los festejos de los futbolistas suizos pareció desmesurado. Es más, llamó la atención la extraña celebración de los autores de los goles Granit Xhaka y Xherdan Shaqiri, quienes formaron con sus manos la doble águila albanesa. Todo tiene su explicación y hay que remontarse a la década de 1990 cuando se desató la Guerra de los Balcanes. Una herida que sigue abierta.
Xhaka y Shaqiri son de origen albanokosovar. Shaqiri nació en 1991 en Gnjilane, antiguo territorio de Yugoslavia y actualmente Kosovo. Cuando empezó la guerra sus padres huyeron con el niño a Suiza. El padre de Xhaka, por su parte, fue preso político durante varios años por sus reivindicaciones políticas en contra del gobierno yugoslavo y al quedar en libertad se refugió en Suiza, donde nació el ahora futbolista.
En 2014 se enfrentaron Serbia y Albania por la clasificación a la Eurocopa de 2016 en el estadio Partizán de Belgrado. El clima estaba muy caliente. Los locales insultaron y silbaron a los jugadores albaneses cuando ingresaron a la cancha y cuando se brindó la alineación en el tablero electrónico. Con el partido en juego el futbolista serbio Stefan Mitrovic interceptó un dron que sobrevolaba el estadio con una bandera de la Gran Albania, lo que desencadenó una pelea entre los jugadores y la suspensión del partido. El primer albanés que se le acercó a Mitrovic para reclamarle su actitud fue Taulant Xhaka, hermano de Granit que el viernes marcó el empate para Suiza.
Por eso es que se especula que los jugadores suizos festejaron de esa manera en venganza por lo que pasó cuatro años atrás.
Pero Shaqiri y Xhaka no son los únicos jugadores de Suiza con nacionalidad albanokosovar, ya que Valon Behrami (Kosovo) y Blerim Dzemailli (Macedonia) viven una situación parecida.
De hecho, como informó el Daily Mail inglés, Behrami luce un tatuaje en su pierna derecha que simboliza lo que vivió durante su infancia. El tatuaje muestra un niño con una pelota y aviones bombardeando edificios.
Tras el encuentro, la Federación de Fútbol de Kosovo crispó aún más los ánimos en las redes sociales. "Solo jugaron contra tres de los nuestros (Xhaka, Shaqiri y Behrami), imaginad si jugaran contra 11... Por esto nunca quieren enfrentarse a nosotros. Orgullosos de ser albaneses".
Tras la derrota de Serbia ante Suiza, mucha gente en la ciudad de Pristina, capital de Kosovo, salió a la calle para celebrarlo.
