No viene a cuento si es un tarifazo, un impuestazo o la políticamente correcta "consolidación" fiscal, como le gusta llamarle al ministro de Economía, Danilo Astori. Lo cierto es que la indignación por el aumento del IRPF ha llevado -sí, otra vez- a ensuciar más una ciudad que de por sí ya es algo así como un monumento a la decadencia.
Este post trata de prepotencia y de poco respeto hacia el mobiliario urbano que pagamos los montevideanos con nuestros impuestos. Y los que no lo respetan son los partidos políticos.
La semana pasada unos cuantos contenedores de basura amanecieron con pegatinas que dicen "no al ajuste fiscal" y están firmadas por "jóvenes con Larrañaga". Lo mismo pasó con decenas y decenas de columnas del alumbrado público. Ambas cosas se pueden observar, por ejemplo, en la avenida Rivera a la altura de Pocitos.
En el mejor de los casos, la preocupación de estos militantes nacionalistas por el aumento del IRPF no les hizo ver que está mal enchastrar lo que es de todos.
Sí, es verdad que muchos contenedores están en un estado calamitoso y que son el símbolo de la ineficacia de la Intendencia de Montevideo en su intento por tener una ciudad limpia. Pero eso no es motivo para estropearlos aún más. Más bien, debería ser lo contrario.
Casi al mismo tiempo que aparecieron estos afiches en contenedores y columnas, entraron en escena pegotines con la leyenda "no al ajuste".
Tienen una tipografía muy similar a los afiches pero no llevan la firma de nadie. Estos pegotines se ven en muchos autos y fueron pegados a prepo, sin consultar a los dueños de los vehículos. Sacarlos, además, cuesta bastante. Fui testigo del intento de un amigo por quitar el adhesivo en el vidrio trasero de su coche, y -la verdad- no pudo hacerlo del todo.
¿De verdad alguien piensa que tendrá éxito en hacer llegar su mensaje si elige esta vía prepotente?
A los políticos -me animaría a afirmar que de todos los partidos- les importa poco el cuidado de la ciudad, eso está claro. Este es un tema que me obsesiona y sigo de cerca. De hecho, el primer post de este blog trató sobre los cartelitos que ensuciaban la ciudad tras las elecciones nacionales de 2014 y que no habían sido retirados por sectores de todos los partidos.
Si el ejemplo no empieza por los políticos, ¿qué dejamos para los demás? ¿De verdad le podemos pedir a un reciclador que no ensucie y no tire la basura por todos lados, si los que nos gobiernan o los que pretenden gobernarnos dan un mal ejemplo?
Los afiches de "No al ajuste" deberían haber sido quitados de inmediato por la intendencia. Pero eso no sucederá. El propio partido del intendente de Montevideo, Daniel Martínez, no retiró unos cuantos cartelitos que colgó en columnas en las últimas elecciones nacionales, hace ya casi dos años.
En esos carteles -uno de ellos, en la calle Rafael Pastoriza, ilustra este post unas líneas más arriba- se ve la cara de Martínez. Ya es hora de que el intendente los descuelgue.
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