La Sociedad Carnavalesca La Conjetura es una agrupación atemporal, ficticia, que transita por la historia del carnaval montevideano, una agrupación de barrio que, como tantas, con el tiempo adopta el formato de las murgas.
Eso explicó inicialmente José AriSi, autor de un libro (Sociedad Carnavalesca La Conjetura – Un ensayo de carnaval) que, dijo, “transita el ensayo literario”, donde La Conjetura es la protagonista, una sociedad carnavalesca que “comenzó a demandar libretos que tuve que escribir, personajes que fueron apareciendo en el relato, integrantes, un tablado donde proponer sus actuaciones de profundo contenido y dudosa trascendencia mediática, aspectos quizás relacionados”, explicó el autor a El Observador.
Añadió que en el libro aparecen diferentes niveles de comunicación, desde el autor, desde el narrador, los personajes entrevistados, las fuentes y bibliografías, y los datos descriptivos ya sean de ambientes o personas.
“Cada uno de esos niveles tiene aportes teóricos. Y hasta desde el comentario que pueda parecer más superficial, se puede obtener observaciones históricas”.
AriSi, quien posee una extensa trayectoria como reportero gráfico en los espectáculos de carnaval en el Teatro de Verano, desfiles y otros ámbitos, ha desarrollado diversas labores en pos de rescate de diversos momentos de la historia del carnaval uruguayo.
Sobre el libro, que será presentado este viernes 21 de febrero a la hora 18:30 en el Castillo del Parque Rodó, “tiene un prólogo maravilloso de Xosé de Enríquez (carnavalero, ex jurado del concurso oficial de carnaval y actual presidente del jurado del Desfile de Llamadas), que se mete dentro de la propia historia de La Conjetura y la presenta con talento y con arte”.
Este libro, puntualizó el autor, no tiene en su interior fotografías ni ilustraciones representativas, apenas unos diseños como cierre de capítulo. Sin embargo, remarcó, “es un texto lleno de imágenes que espero el lector pueda construirse para sí mismo, de ese barrio que ojalá sea parecido al suyo, de los personajes, y de la murga”.
Aclaró que La Conjetura “representa a todas las agrupaciones y, a la vez, todos los carnavaleros la conocen. Capaz que con otro nombre, o con otros integrantes y cada uno desde su lugar, pero la identificarán a través de los relatos del libro”.
Cada uno de los treinta y pico capítulos son cuentos breves y pretenden ser un disparador de discusiones sobre diferentes aspectos del carnaval: “Un generador de interés a través de sus referentes, sus personajes históricos y sus repertorios”, expresó AriSi.
A propósito del ensayo literario, opinó: “Creo que hace falta rescatar el género ensayo en varios temas, sobre todo los culturales y particularmente el carnaval. Generalmente la bibliografía existente sobre carnaval se nutre de anécdotas, estadísticas o entrevistas. Y es realmente muy importante. Pero creo que hace falta poner sobre la mesa muchos temas que tienen que ver con el formato de carnaval que tenemos, con sus procesos, con sus porqués, con la historia social que construyó a través del tiempo nuestro carnaval”.
Dijo también que se trata de “una historia sencilla, es historia de los barrios, de las familias y de los vecinos. Cuando uno, además de decir que tenemos un carnaval de tablados, dice por qué lo tenemos y cómo llegamos a esa forma de carnaval, para quien lo recibe resulta casi obvio, porque son asuntos cotidianos. Es procesar en forma ordenada muchas vivencias y recuerdos asociados con la vida misma. La historia del arte popular es cíclica, por eso alcanza con sincronizarla, ubicarla en las distintas realidades temporales, para entenderla”.
AriSi adelantó que en el libro se analizan muchísimos de esos aspectos, “con planteos teóricos importantes que investigamos yendo a la propia historia y a la historia social, llegando inclusive varios siglos atrás, para detectar elementos carnavalescos que aún hoy se pueden ver en los escenarios y en los eventos del carnaval 2020”.
“El tema es que cuando estaba todo pronto con el valor teórico planteado, resultado de muchos años de investigación, quise evitar que se convirtiera en un libro rígido, en lenguaje casi académico, difícil de leer como los que parecen casi la transcripción de una tesis.
Allí aparecieron nuevos desafíos. Tenía que ser entretenido, descontracturado y su estructura debía facilitar una lectura ágil, pero manteniendo aquellos aportes teóricos.
Y llevó un buen tiempo encontrar el recurso de comunicación indicado”.
Y así fue que nació La Conjetura.
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