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El trasvase del río San José se queda: así se aprovechará el millonario préstamo de OSE para las obras de emergencia por la crisis del agua
Realizado a una velocidad récord teniendo en cuenta los tiempos del Estado, aunque algunos días más tarde de lo anunciado por Luis Lacalle Pou, las autoridades esperan que entre el 5 y el 10 de agosto comience a funcionar el trasvase del río San José, una obra construida en régimen de emergencia que tendrá como objetivo robustecer el sistema que da agua potable a la mitad de la población del país.
Según supo El Observador a partir de fuentes del consorcio que está realizando la construcción, se llevan colocados 10,7 de los 13,2 kilómetros de tuberías que llevarán el agua hasta la represa de Belastiquí en el río Santa Lucía, desde donde puede ser bombeada hasta la planta potabilizadora de Aguas Corrientes.
Se espera para la próxima semana la llegada de piezas específicas denominadas “fitting” que permitirán unir los caños en las pocas zonas curvas que tiene la obra, ya que su trayecto es mayoritariamente en línea recta.
Tras esto, el último paso será instalar cinco electrobombas y otras cinco motobombas que impulsarán el agua del río hacia las tuberías.
Si bien tendrán capacidad para bombear unos 8 mil metros cúbicos por hora, es decir unos 240 mil metros cúbicos diarios, en principio se prevé que la producción diaria no supere los 200 mil metros cúbicos dado que ese es el caudal que el río San José puede aportar en condiciones normales.
La sequía del primer semestre del año hizo que ese río estuviera cortado hasta principios de junio, cuando las lluvias que se registraron le permitieron comenzar a recuperar caudal.
De acuerdo con fuentes de OSE, aún está por debajo de lo normal, lo que provocó que –como medida de emergencia– las autoridades autorizaran semanas atrás la realización de unas cien perforaciones y pozos semisurgentes en la zona para captar agua del acuífero Raigón.
La realización de las primeras perforaciones desembocó en una reunión entre técnicos de la empresa y vecinos este fin de semana debido al reclamo de algunos pobladores.
En ese encuentro, los responsables de las obras transmitieron que las lluvias habían vuelto a aumentar el caudal por lo que quedaban en stand by, aunque según Nicolás Mesa (diputado del Frente Amplio por San José) esto no ocurrió ya que el martes verificó –en una recorrida que realizó– que los trabajos continuaban, según dijo a El Observador. El legislador realizó un pedido de acceso a la información pública para conocer cuántos pozos se hicieron y los objetivos que persiguen las obras.
Préstamos para obras
Una de las dificultades que ha tenido OSE durante este período es que cuenta con un presupuesto acotado (US$ 70 millones anuales) para realizar obras ya que es la empresa pública más chica y con menor caja porque cobra tarifas sociales.
Recientemente, el gobierno la autorizó a recibir un préstamo de US$ 25 millones por 12 meses para “cubrir sus necesidades de fondos de corto plazo y minimizar el riesgo de liquidez financiera del organismo ante la emergencia hídrica en la zona metropolitana del país”.
El dinero será destinado a cubrir los gastos de la obra del trasvase, aunque la empresa discute por estas horas si pedir un préstamo mayor de hasta US$ 60 millones a Fonplata (un banco de desarrollo conformado por Argentina, Bolivia, Brasil, Paraguay y Uruguay) para afrontar otros gastos de este año y el próximo.
“Definitiva y perdurable”
Al hacerse en el marco de la declaración de emergencia por la crisis hídrica, el trasvase se adjudicó de forma directa, sin licitación. Las obras, en total, tendrán un costo de US$ 35 millones, de los cuales US$ 10,2 millones (más IVA) se pagarán a las empresas Espina, Cujó, Teyma, Stiler, Ciemsa y Saceem, todas nucleadas bajo la Cámara de la Construcción.
En un principio, en OSE proyectaban la obra como temporal e imaginaban que los caños podrían usarse para otros proyectos –como el Neptuno– pero finalmente pasaron a considerarla como “definitiva y perdurable”.
Una fuente de la empresa dijo que permitirá sumar 2.500 kilómetros cuadrados de cuenca a la conformada por los ríos Santa Lucía grande y chico.
A su vez, el trasvase aportará 70 millones de metros cúbicos por año, lo que lo transforma –al decir de un jerarca de la empresa– “en un Paso Severino adicional”, ya que esta represa tiene capacidad de embalsar esa misma cantidad de agua.
La represa tiene en estos momentos 9.776.087 de metros cúbicos de reservas, una cifra que viene en aumento ya que OSE cerró sus compuertas y está abasteciendo a la zona metropolitana con un 70% de agua tomada del río Santa Lucía grande; un 15% del embalse de la presa en Belastiquí (donde hay mezcla de agua salada), y 15% del embalse de Aguas Corrientes en la ciudad de Santa Lucía.
Presidencia informó que este jueves los valores de los cloruros y el sodio estuvieron por debajo del máximo histórico habilitado (250 mg/l para los primeros y 200 mg/l para los segundos), y desde OSE dijeron que bajarán a la brevedad porque las lluvias harán que el río Santa Lucía grande aporte un porcentaje mayor que el de estos días.
Tal como dijo Lacalle Pou, en el gobierno esperan que haya lluvias contundentes para decretar el fin de la emergencia hídrica aunque en OSE piensan que el “nivel crítico” se superará recién cuando Paso Severino tenga más de 20 millones de metros cúbicos de reservas.
