El pitbull que asesinó a su dueña el viernes 5 de octubre al morderla en su cuello desapareció del predio de la ONG que lo tenía a resguardo mientras se esperaba si la Justicia lo sacrificaba o si se ordenaba un estudio para diagnosticar su nivel de peligrosidad.
El perro de menos de dos años, pelaje beige y con rasgos de desnutrición, responde al nombre de "Turco", y estaba atado en una chacra de la asociación ECQUS, ubicada por Camino Mendoza. Pero cuando la policía llegó este jueves para incautarlo, según informó el fiscal Juan Gómez, el Turco no estaba.
La directora de ECQUS, Andrea Silva, quien sostiene que los dientes del animal mordieron el cuello de su dueña -una mujer de 59 años- por equivocación, dijo a El Observador que esta mañana los caseros de la chacra encontraron que estaba roto el doble alambrado del lugar.
"Miles de personas estaban furiosas por la decisión del fiscal. Se ve que algunos más fanáticos que yo entraron y se lo llevaron sin que ladraran los otros perros", dijo Silva, y añadió: "Esto es obra de activistas, que no se dieron cuenta de que de esta forma me hacían daño".
La activista sostuvo que en este momento se encuentra en Salto y que el fiscal Gómez ordenó que fuera detenida. "Cuando vuelva el martes voy a ir con mi abogada a hablar con el fiscal. No soy ninguna delincuente", afirmó.
El Turco iba a ser sacrificado por orden de Gómez, para quien no hay duda de que el perro mató a su dueña: la casa estaba cerrada con llave, y el perro, a su vez, tenía seis heridas superficiales producidas por un cuchillo que, según presumen las autoridades, empleó la víctima para defenderse. Pero el sábado recibió un llamado de Juan Miranda, presidente de otra ONG, el Instituto de Educación y Protección Animal (Idepa). Miranda le solicitó la suspensión de la ejecución y el fiscal accedió, aunque pidió que se reunieran el lunes para que presentara formalmente el amparo.
En esa reunión, Idepa entregó una carta que contiene una batería de argumentos, la mayoría de los cuales apunta a poner en duda que el animal sea agresivo, y en uno de ellos también se duda de que la mujer haya muerto como resultado de la mordedura.
“Se cree que otra persona ingresó a atacar a la occisa y cabe la posibilidad de que el perro la haya querido defender y no atacar como parecía en un principio”, dice la carta de dos carillas en uno de sus puntos.
La otra persona referida es la expareja de la mujer que, de acuerdo a su familia, le enviaba mensajes amenazándola con matarla, y que ahora sigue haciéndolo con otros familiares.
Silva cree que el Turco “es sumamente dócil y amistoso con la gente y los animales”, y basa esa versión en una serie de videos grabados por una enfermera de su chacra, en los que aparece interactuando con el perro.
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