Los analistas del mercado argentino estiman que, a diferencia de la dinámica de la primera mitad del año, durante los próximos meses se mantendrá la tensión cambiaria que se ha estado observando últimamente en el segmento no oficial. Incluso, algunos estiman que podría ir incrementándose en la medida en que se acerquen las elecciones.
No obstante, coinciden en señalar que, a pesar de las presiones que se prevén, el Banco Central de la República Argentina (BCRA) tiene "poder de fuego" para seguir interviniendo en los dólares que operan en la Bolsa y mantenerlos a raya. En ese sentido, destacan las reservas que acumuló durante los últimos meses, gracias al cepo cambiario y a los fuertes ingresos de dólares al país por parte del campo.
"El BCRA tiene tres colchones. Primero, las reservas netas, que actualmente están en US$ 7.200 millones. A la vez, tiene una cartera de bonos líquida, con entre US$ 4.700 millones y US$ 5.000 millones del AL30. Esto le da margen para seguir interviniendo en los bonos y, a partir de ahí, moderar la presión alcista en los dólares financieros", señaló Federico Furiase, director de Anker Latinoamérica.
Al mismo tiempo, el especialista destacó la "espalda" que tiene la entidad en el mercado de futuros, en Rofex. En ese sentido, recordó que en mayo pasado la autoridad monetaria llevó su posición neta a cero, lo cual le da lugar para vender futuros y hacerle frente a las presiones también a través de esa vía.
"Además, está el cepo y la válvula de ajuste. Las importaciones vienen bastante fuertes en los últimos meses y si la presión en los dólares financieros continúa, el Central podría volver a endurecer el acceso al mercado de cambios a los importadores para cuidar las reservas que va a usar para frenar a los dólares financieros", agregó.
Matías Rajnerman, economista jefe de Ecolatina, consideró también que el "poder del fuego" no está sólo en las reservas netas, que estima que actualmente se ubican por encima de los US$ 8.500 millones, sino además en la capacidad para endurecer más el cepo , "ya sea de jure, con una medida oficial, como ocurrió hace poco, o de facto, como pasa con muchas empresas importadoras".
"Las chances de un salto cambiario importante antes de las elecciones son acotadas, especialmente en el mercado oficial. En el financiero, la situación es similar. Pero en el blue la dinámica es más difícil de controlar y regular, de modo que en este segmento las chances de un aumento de la brecha cambiaria son mayores", afirmó Rajnerman.
Por su parte, Mauro Mazza, analista de Bull Market, estima que al 19 de julio pasado las reservas netas se ubicaban por encima de los US$ 8.300 millones, de los cuales unos US$ 4.660 millones serían líquidas. Es decir, sin tener en cuenta la posición que la entidad tiene en oro. Por lo tanto, considera que el "poder de fuego" del Central en esta última cifra.
Lo importante es saber cuándo el campo se retirará del mercado. Nosotros creemos que desde la segunda quincena de agosto las liquidaciones caerán abruptamente. Después, desde septiembre, vemos un período de liquidación muy bajo por 90 días, para luego ver en diciembre la soja que no se liquidó converger con el trigo y tener de vuelta un buen ritmo de compras", indicó Mazza.
En ese sentido, sostuvo que el Central deberá cubrir con su "poder de fuego", es decir, con las reservas netas líquidas, desde la segunda quincena de agosto hasta finales de noviembre. Dentro de este período, prevé "unas 70 ruedas críticas", con ventas tenues de reservas durante septiembre y luego en cantidades más importantes entre octubre y noviembre.
Mazza destacó que hay que tener en cuenta además los US$ 4.300 millones que recibirá del Fondo Monetario Internacional (FMI) en concepto de Derechos Especiales de Giro (DEG) y proyectó que, aún vendiendo divisas en el mercado oficial entre septiembre y noviembre, el BCRA terminará con reservas netas líquidas muy similares a las que tiene ahora.