El rapero que siempre dice la verdad

En este marco fueron editados dos discos destacados, que hablaron y atacaron específicamente la problemática racial. El primero fue el de D'Angelo and the Vanguard, artista soul que decidió apresurar su regreso tras 14 años de ausencia para editar Black Messiah a fines del año pasado, un disco que habla del amor pero su motor sea la crítica.

El segundo fue To Pimp a Butterfly de Kendrick Lamar, rapero que se consolidó como uno de los mejores en su rubro desde su segundo y excelente disco, Good Kid, M.A.A.D City. Con este nuevo trabajo, Lamar subió la apuesta. Si sus rimas siempre hablaron sobre sus problemas (el alcohol, su entorno violento), en To Pimp a Butterfly intentó incluir a todos sus pares, sus pesares y sus dolores en la ecuación.

Ambos discos fueron nominados ayer a los premios Grammy. D'Angelo obtuvo tres nominaciones: Grabación del año, Mejor canción R&B y Mejor álbum R&B. Pero es Lamar quien domina esta premiación. Con 11 nominaciones se consolida como uno de los nombres más fuertes, no solo por poder capturar de manera tan real el zeitgeist racial, sino también por su destreza en las rimas.

Vamos a estar bien

To Pimp a Butterfly deja claro su objetivo desde su tapa, que consiste en un grupo de hombres y niños en actitud desafiante, feliz y celebratoria frente al pasto de la Casa Blanca.

Como hizo en Good Kid, M.A.A.D City, Lamar habla de sus demonios, pero los describe con mayor exactitud. Aborda su depresión, un intento de suicidio, el mal que lo atrae hacia el lado oscuro. Todo esto se desarrolla en un poema que aparece diseccionado las canciones For Free?, These Walls, Alright, For Sale?, Hood Politics y Mortal Man.

Su lucha personal se refleja en u, una desgarradora exhibición de sus inseguridades y depresión. Pero ofrece la otra cara de la moneda con i, el primer corte del disco y un canto al amor propio, un intento de ver lo positivo a pesar de toda la oscuridad, sobre la fama y sus ribetes negativos.

Pero el segundo tema fundamental de To Pimp a Butterfly es la crítica social.

Por un lado aparece The Blacker The Berry, un rap intenso que desde el papel de otro evidencia la discriminación entre pares.

En la excelente King Kunta, con un bajo funkero que lleva adelante toda la canción, Lamar se iguala con Kunta Kinte, personaje de la novela Raíces y hace alarde de su posición como líder actual del hip hop.

Pero dentro de su ajustado repertorio, es Alright la canción más destacada. Con cuatro nominaciones (incluyendo Mejor video), esta canción es el himno no oficial del movimiento social Black Lives Matter. Repitiendo "vamos a estar bien", y haciendo referencia a la religión como manera de encontrar una guía, Lamar ofrece un canto esperanzador a pesar de toda la injusticia.

La suma de todas estas partes hacen a To Pimp a Butterfly uno de los discos del año, sino el mejor. Ofrece una necesaria crítica a la situación actual de las relaciones raciales en Estados Unidos, al mismo tiempo que Lamar logra superarse a sí mismo y subir la apuesta a nivel lírico e interpretativo. Por eso es uno de los candidatos más fuertes para el gramófono al Álbum del año.

Otros nominados

Lamar tiene una interesante compañía en la categoría más importante de los Grammy: Mejor álbum. Los cinco artistas seleccionados ejemplifican lo mejor de diferentes géneros. Además de Lamar en el rap están la imparable Taylor Swift y su 1989, que se planta con fuerza en el pop mainstream con influencias en los sonidos ochentosos, y The Weeknd, una de las figuras que más rápido ascendió este año, que se ubica en el R&B alternativo con guiños al pop. Finalmente, Alabama Shakes es de lo mejor que ofreció el rock en 2015 gracias a la gran voz de Brittany Howard, y Chris Stapleton aparece en representación del country más tradicional.

Es probable que este premio esté dividido entre Lamar y Swift, pero el disco consciente a nivel social del primero puede sacarle ventaja a las canciones edulcoradas pero adictivas de la cantautora.

En Canción del año, premio otorgado a los autores del tema, los nominados se ubican casi exclusivamente en el pop, con Alright de Lamar como excepción. Allí se ubican Swift y Blank Space; el country de Little Big Town y su Girl Crush; See You Again de Wiz Khalifa y Charlie Puth; y Thinking Out Loud del inglés Ed Sheeran.

Por otro lado, en Grabación del año (premio a intérpretes y productores), la historia vuelve a diversificarse: Really Love de D'Angelo And The Vanguard; Uptown Funk de Mark Ronson y Bruno Mars; Thinking Out Loud de Sheeran; Blank Space de Swift; y Can't Feel My Face de The Weeknd.

Detrás de Lamar, Swift y The Weeknd se ubican con siete nominaciones cada uno, seguidos por el productor estrella Max Martin (hombre detrás justamente de los discos de Swift y The Weeknd) y el rapero Drake con seis.

Cuatro de las 11 nominaciones de Lamar se tratan de colaboraciones: dos por su participación en Bad Blood de Swift, una por sus versos en Never Catch Me del productor que mezcla jazz y hip hop, Flying Lotus y otra por su rol en All Day, canción de Kanye West.

En los rubros latinos esta vez no se contó con la presencia de uruguayos, pero sí de nombres conocidos en la región. En Mejor álbum latino de pop se encuentran Ricky Martin, Alejandro Sanz y Julieta Venegas, Pablo Alborán y Alex Cuba, mientras que en Mejor álbum latino de rock, urbano o alternativo se lucen Pitbull, Natalia Lafourcade, Bomba Estéreo, Monsieur Periné y La Cuneta Son Machín.

La ceremonia de premiación será el 15 de febrero en el Staples Center de Los Ángeles.