El rol del pasaporte en la liberación de Marset: ¿qué dijo Bustillo y que pedía el narco?

Uno de los argumentos que manejó Bustillo durante la interpelación es que el documento de viaje no jugó ningún rol a la hora de la liberación de Marset en el país del golfo y le endilgó ese “relato” a la prensa.

“El pasaporte uruguayo no lo liberó. Eso es algo que se ha querido instalar. De ninguna manera. Lo que lo liberó fue la justicia emiratí de haber portado un pasaporte falso”, dijo en su intervención.

Incluso, el canciller estableció una serie de hechos en el tiempo que, a su juicio, descartan un vínculo entre el pasaporte y la liberación. “El pasaporte lo recibió el representante de Marset el 30 de noviembre. Marset, suponemos porque no lo sabemos, pocos días después. Dicen que habría quedado liberado en enero. Entonces, ¿cuál es la relación de uno con el otro?”, aseguró.

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Más allá de que quien determina la liberación es la justicia emiratí, desde fines de setiembre que Marset buscaba desesperadamente una vía de salida, según se refleja de las conversaciones que mantuvo con varios integrantes de su banda criminal que estaban interceptadas. Según reconstruyó El Observador, la tramitación del pasaporte uruguayo como alternativa para salir sin ser deportado fue una opción que sugirió su abogado emiratí. Y el hecho concreto es que Marset terminó saliendo de prisión luego de obtener el documento de viaje uruguayo.

En una conversación con Miguel Ángel Insfrán, alias Tío Rico, que tuvo lugar el 30 de setiembre de 2021 y que está transcrita en la página 103 del informe de la Secretaría Nacional Antidrogas de Paraguay, el narco paraguayo le dijo a su socio uruguayo que estaba viendo la forma de ayudarle para que saliera de prisión lo más pronto posible. “Para que vos puedas salir con el proceso abierto ahí para que puedas ir a tu casa para que puedas estar con tu familia”, dijo Insfrán según consta en el documento.

A lo que Marset respondió: “Sí, eso es lo que yo quiero. Acá el problema del pasaporte es tres meses después deportación (sic). Yo no tengo problema en estar tres meses acá, pero quiero quedarme acá”.

Acto seguido los dos hablaron de la posibilidad de acudir al entonces embajador de Paraguay ante Qatar, Miguel Ángel Barchini, quien dos semanas antes había dado cuenta de la situación de Marset a sus colegas uruguayos, según relató Barchini a El Observador.

“Si él (Barchini) dice eso (que el pasaporte se lo había dado la Dirección de Migraciones Paraguay) y dice que me quiere ayudar (…) ya me pueden dar un permiso para circular para yo poder tramitar desde acá el otro pasaporte, el de Uruguay”, dijo Marset más adelante.

Siete días antes, en una conversación con José Estigarribia en la que barajaban opciones para liberarlo, Marset había dicho que lo único que importaba era que consiguieran “la solución antes de que salga la deportación”.

La deportación sería a Francia (su último destino), Paraguay (su país de partida) o Uruguay (su país de origen). Pero Marset siempre dejó claro que no quería retornar a Uruguay. Así lo dijo el 29 de setiembre, también en conversación con Estigarribia. En ese caso, Marset dijo inicialmente que pretendía volver a Bolivia o Paraguay, aunque luego descartó este último destino cuando supo que estaba siendo investigado. 

Es decir, el escenario hipotético que manejó Bustillo en la interpelación, en el que Marset era expulsado y devuelto a Uruguay, donde podía ingresar con su cédula de identidad y circular libremente, era justamente el que el narcotraficante quería evitar.