Según un despacho de Reuters, los más altos estamentos de la Justicia brasileña planean realizar encuentros con los mandos militares con el objetivo de aliviar tensiones y reafirmar la confianza en las instituciones de la democracia a raíz de las declaraciones del presidente Jair Bolsonaro que expresó sus dudas sobre la integridad de las elecciones presidenciales que se celebrarán el 2 de octubre de este año.
Bolsonaro ha hecho acusaciones sobre un supuesto fraude electoral atacando a la justicia electoral y dejando entrever que no aceptaría los resultados del proceso electoral.
Para alejar las preocupaciones del electorado y mostrar apoyo institucional al proceso, el presidente de la Suprema Corte, Luiz Fux, tendría planeado encontrarse con jefes del Ejército, la Marina y la Fuerza Aérea durante el mes de julio.
Si bien los comandantes de las fuerzas armadas han dicho repetidamente que respetarán los resultados de las elecciones cualesquiera sean, distintos oficiales de rangos inferiores se han hecho eco de las expresiones de Bolsonaro sobre la potencial fragilidad del sistema brasileño de votación.
Salvo un encuentro del juez Fux con el ministro de Defensa Paulo Sergio de Oliveira el último mes para discutir el rol de las fuerzas armadas en apoyo del proceso electoral, hay pocos antecedentes de encuentros entre la Suprema Corte y militares en actividad en relación con las elecciones.
Si bien en la justicia no se cree en la posibilidad de un golpe de estado tendiente a anular o desconocer el resultado electoral por parte de los militares, es un hecho que el presidente Bolsonaro, desde el inicio mismo de su mandato en 2019, ha atacado a la Suprema Corte, tratando a sus miembros de enemigos políticos y acusándolos de trabajar para entregar la elección a su rival, el expresidente Luiz Inacio Lula da Silva, quien lidera actualmente las encuestas con un amplio margen de casi veinte puntos sobre Bolsonaro que significaría la posibilidad de ganar en primera vuelta.
A medida que la popularidad de Bolsonaro decrece, sus ataques al sistema electoral se acentúan, criticando el voto electrónico por una supuesta facilidad para su hackeo o manipulación y proponiendo el regreso a la boleta de papel.
Para garantizar la integridad y transparencia del acto eleccionario, la Suprema Corte -que dirige el Tribunal Superior Electoral- ha cursado invitaciones a observadores internacionales y creado una comisión de transparencia con representantes de instituciones públicas, incluidas las militares.
Bolsonaro quiere que las fuerzas armadas tengan acceso a los datos de la votación para poder hacer su propio conteo y en tal sentido el Ministro de Defensa y los mandos de la Policía Federal están preparando equipos para auditar el voto electrónico, sin que hayan trascendido detalles sobre las implicancias de esa auditoría.
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