Las arquitectas Cecilia Lema y Diana Gottero, -socias en el estudio Clama- vieron que en Europa se usa mucho instalar unidades prefabricadas en los techos de las construcciones bajas y decidieron adaptar esa propuesta a la Ciudad Vieja. Pero le pusieron un plus: generar alli espacios para actividades sociales y culturales.
Ático, el proyecto de Clama, busca aprovechar los espacios que están libres en los edificios ya construidos.
Este proyecto no sigue meramente un fin inmobiliario: la idea es aportar al valor del barrio y también al de la propia propiedad que se interviene. Cada caso se acordará con el propietario o grupo de copropietarios, respetando los intereses, gustos y necesidades. Se amoldará a las necesidades de cada edificio o casa; las mejoras pueden ir desde fachadas, a instalación de ascensores y también reparaciones interiores.
Las arquitectas explican que estas construcciones, que se aplicarán en la parte superior, son unidades livianas, que se colocan con facilidad y no llevan mucho tiempo de trabajo de obra.
Pero quizás lo más interesante de Ático, no es que simplemente quieren ampliar los metros cuadrados de un edificio construyendo hacia arriba, sino que buscan generar unidades que se acoplen de forma armónica al edificio.
Las arquitectas explican que estas construcciones, que se aplicarán en la parte superior, son unidades livianas, que se colocan con facilidad y no llevan mucho tiempo de trabajo de obra.
La idea es preservar el valor de las antiguas construcciones y resaltarlas, con estilos modernos que las complementen, y generen una unidad.
De hecho, esta lógica es una de las razones que justifica la creación de este proyecto. “Si comenzás a caminar por las calles de la Ciudad Vieja vas a observar diferentes alturas, y que entre edificio y edificio se generan huecos”, detalla Lema.
Y es justo en esos espacios donde planean trabajar.
Si el proyecto buscara fines meramente financieros, iría a zonas valoradas como Pocitos o Punta Carretas. Pero la idea es poder resaltar el patrimonio arquitectónico de Ciudad Vieja y además generar en estas azoteas actividades culturales que se conecten con las movidas que se están realizando tanto por privados, como por la Intendencia de Montevideo y el Municipio B.
Estos edificios “subirían” un piso o dos, en los que se les podría dar cualquier uso: casa, oficina o talleres. Pero a esto se le sumarían las azoteas, donde se instalarán las actividades culturales.
En las últimas tres décadas Montevideo ha transitado un progresivo abandono de sus zonas céntricas. Gottero y Lema afirman que esto responde a múltiples factores, pero lo que se identifica con claridad es el éxodo hacia otros barrios costeros, y también hacia Canelones. El tejido de Montevideo se expande en territorio, pero no en altura.
Según las socias de Clama el fenómeno más perceptible es que el patrimonio construido en las zonas céntricas comienza a deteriorarse. Las arquitectas estiman que un 65% de las construcciones de Ciudad Vieja tienen graves problemas de mantenimiento o corren riesgo de ruina.
Pero a la vez es una zona muy concurrida, tanto por turistas, como por personas que trabajan. Y cada vez más son quienes deciden vivir en barrio.
En este panorama Ciudad Vieja se llevó la peor parte, a pesar de presentar un patrimonio construido de lo más valioso, pintoresco y de importancia histórica. La Ciudad Vieja se vacía, según números que se manejan desde el proyecto Ático.
Tomando el último censo, viven permanentemente unas 12 mil personas, pero se estima que hoy en día apenas 8 mil son residentes permanentes.
Sin embargo, se han registrado más de 40 mil personas circulando por el barrio durante la actividad semanal en jornada laboral, sumado a las oleadas de turistas que cada vez más eligen a la capital como destino todo el año.
El contraste entre ambas realidades es inevitable, por eso, para las impulsoras de Ático, la rentabilidad de su proyecto es segura.
Las socias de Clama participaron este año de mentorías grupales e individuales del Programa Más Emprendedoras, que lleva adelante la Organización de Mujeres Empresarias de Uruguay (Omeu)
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