La Representación de la FAO (la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura para América Latina y el Caribe) en el país destacó que Uruguay es ejemplo por su gestión temprana del bosque nativo, que está protegido por ley.
Esa afirmación se expuso considerando que este 21 de marzo se conmemora el Día Internacional de los Bosques.
Según el Registro Nacional de Bosques de la Dirección Forestal del Ministerio de Ganadería, Agricultura y Pesca (MGAP) de Uruguay, en los 30 años de gestión del bosque nativo que lleva el país la superficie de monte nativo aumentó.
Son más de 4.300 predios con bosques los que están registrados y se tiene información y antecedentes de unas 580.000 hectáreas de bosques nativos.
En total, 1.087.109 hectáreas estaban destinadas al uso forestal (nativo o comercial) en 2021.
En 1968, antes de aprobar su primera Ley Forestal, Uruguay solicitó apoyo de la FAO para fortalecer la gestión de sus bosques. En aquella época, la FAO ya promovía la conservación forestal sobre todo de los bosques nativos, que sufrían una presión muy fuerte por la deforestación para utilizar los suelos con otros fines, de acuerdo a lo indicado en la publicación 68 años de la FAO Uruguay 1950-2018.
La FAO también asesoró al país para elaborar la Ley Forestal vigente hasta hoy, aprobada en 1987.
“Uruguay tiene una larga historia de gestión pública para el ordenamiento de los bosques que incluye, por un lado, la conservación y manejo del bosque nativo y, por otro lado, la ampliación de la base forestal a través de plantaciones. En este contexto, el país ha buscado un equilibrio entre producción, desarrollo económico, beneficio social y preservación ambiental”, destacó Jorge Meza, Oficial Principal de Políticas y Representante de la FAO interino en Argentina y Uruguay.
La ley forestal de Uruguay prevé la posibilidad de una forestación con variedad de especies, el cuidado de cursos y fuentes de agua, además del desarrollo y el mantenimiento de la infraestructura ferroviaria para el trasporte de la producción.
El potencial desarrollo de la industria del aserrado y de muebles, que por ahora siguen siendo secundarias, también está previsto en la normativa.
Entre 2015 y 2020 se perdieron 10 millones de hectáreas de bosques por año en el mundo, superficie equivalente a unos 14 millones de canchas de fútbol.
En 2015, los incendios afectaron a aproximadamente 98 millones de hectáreas de bosques en nivel global.
Según datos de la FAO, entre el 2010 y 2020, América Latina y el Caribe tuvo una tasa neta de pérdida de superficie forestal promedio anual de 2,6 millones hectáreas, la mitad de lo que se perdió en la década anterior.
La causa principal de la deforestación en América Latina ha sido la transformación de tierras forestales a otros usos, tales como pastizales para ganadería, cultivos como soya, palma de aceite, aguacate/palta y otros.
América del Sur abarca el 21% de la superficie forestal total del mundo. De ese total, 27% es de bosque primario y alberga reservas únicas de biodiversidad en el mundo.
Con el cambio climático, especialmente con los periodos de sequía más intensos, se ha incrementado también notablemente el impacto de los incendios forestales, en la mayoría de los casos ocasionados por el hombre. Se estima que entre 2009 y 2019 se produjeron cerca de 1,47 millones de incendios en América Latina.
Durante la VIII Plataforma Regional para la Reducción del Riesgo de Desastres, celebrada en Punta del Este, al abordar el manejo integrado del fuego, los expertos destacaron la importancia de un enfoque holístico para prevenir y manejar los incendios forestales en la región.
Pieter Van Lierop, Oficial Forestal de la FAO para América Latina y el Caribe, enfatizó que la simple tecnología de extinción no es suficiente para abordar el problema de manera sostenible y a largo plazo: “Las agencias de Naciones Unidas a nivel regional están de acuerdo sobre la importancia de analizar el tema de manera integral, teniendo en cuenta las realidades históricas, socioeconómicas y ecológicas al planificar y aplicar estrategias de manejo del fuego que se da en zonas agrícolas para que no se extienda a áreas forestales. La FAO recomienda invertir financieramente más en entender las causas subyacentes, y en la prevención”.
A través de políticas favorables para el sector forestal y una mayor inversión en bosques y árboles, podemos proteger a nuestro planeta y nuestra salud. Propuesta por las Naciones Unidas, la década de restauración de los ecosistemas promueve la restauración de ecosistemas boscosos, pero también de otros ecosistemas, incluido los sistemas agroalimentarios.
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