Camino Edison, pleno barrio Peñarol

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En la guerra narco en Peñarol, a la ganadora le dicen La Tita y sigue libre

Uno de los bandos en Peñarol se debilitó mucho gracias a la detención de algunos miembros y el homicidio de otros. Mientras tanto, impera una mujer apodada La Tita
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01 de abril de 2023 a las 05:03

En el barrio Peñarol, un joven —casi adolescente— de 19 años ostenta su pelo nuevo en redes sociales. Había dejado aquel rubio platinado que había tenido por meses. Lo tiñó de marrón y se lo cortó un poco. Con cara seria pero mirando a la cámara, acompañó su foto en Instagram, en la que mostraba el cambio con una canción de reguetón que en mayo de 2022 estaba de moda. Una que arranca diciendo: A ella le dice Versace, ¿será un ángel o una diabla? No tengo ni que hablar normal, si el dinero habla.

El cambio de pelo que Agustín lucía en las redes no era por motivos estéticos. Horas antes había matado por plata a un hombre que estaba en un club de su barrio. La víctima tenía una deuda de droga y el joven —encargado por otra persona— se la fue a cobrar. Por eso, la jueza María Noel Odriozola lo condenó por homicidio muy especialmente agravado por sicariato, en una audiencia que presenció El Observador

Le apoyó el arma en el cuello y le disparó a quemarropa. Pero en ese momento para la policía pasó bastante desapercibido. El problema fue que al otro día ingresó a un almacén y, para robarles, les disparó al almacenero y a su esposa. Él murió y a ella le generó lesiones graves. Les había pedido 100 gramos de mortadela, pero cuando uno de ellos se dio vuelta, les pidió la plata. Forcejeó con la mujer y les terminó disparando. Huyó.

Horas después la policía lo detuvo en la casa de su madre. Cuando le comunicaron que iba a quedar bajo custodia, Agustín quedó confundido. 

¿Es por este o por el otro? —le preguntó a los oficiales, que todavía no tenían demasiadas referencias de quién había matado al hombre a quemarropa en el club el día anterior. 

Agustín, que ahora tiene 21 años, fue condenado a 24 años de prisión por la jueza Odriozola, por tres homicidios, dos consumados y uno por tentativa. El primero, agravado por sicariato –fue por encargo–, los otros dos, agravados por haberse realizado para cometer otro delito, como es el robo. 

***

Fue ese mayo cuando se produjeron el 33% de los homicidios anuales en Peñarol, que a su vez fue el barrio con más homicidios consumados en todo Montevideo en 2022. A los dos que cometió Agustín, se suman otros cinco más. Ese mayo, en los pasillos de la Jefatura de Policía de Montevideo, a raíz de otros crímenes, comenzó a correr el nombre de La Tita. Una mujer que venía a romper con el esquema de las cinco bandas que había en el barrio y que en 2021 se habían cobrado once vidas. Entre esas cinco, había dos de gran preponderancia y conocidas por su violencia (que, después, solo incrementaría). 

Estos eran los Segales y los Vallejo, cuyos integrantes en su mayoría están muertos o presos. Por eso, hoy impera el negocio de La Tita, informó el exjerarca ministerial Gustavo Leal en una columna que publicó en La Diaria y pudo confirmar El Observador. Pero lo cierto es que desde que capturaron a Mauro Segales —cabecilla de la banda de los Segales— y asesinaron a Roberto "Keto" Viana —que era parte de ese grupo— no hubo más homicidios en la zona, dado que el grupo comandado por la mujer logró imponerse. Sí hubo tres homicidios en el barrio lindero, Lavalleja.

—Los Segales y La Tita se pasan tiroteando porque están en guerra por la venta de drogas —señaló un testigo de identidad reservada en fiscalía, cuyo contenido citó en audiencia judicial la fiscal Alana Eccher en noviembre del año pasado.

Sobre La Tita hay poca información —y la que hay las autoridades prefieren no divulgarla— pero la mujer se hizo paso a fuerza de violencia en el barrio Peñarol, cuando ya había otras bandas bien definidas que manejaban el negocio. Se la vincula con varios asesinatos, pero por ahora está libre. Eso sí, cuando un homicidio en la zona no tiene explicación, los investigadores anotan su apodo al margen de la hoja. 

De mayo hasta noviembre hubo 17 homicidios. Varios de ellos encadenados, por formar parte de esa puja de poder, y cuyas responsabilidades aún están por terminar de dilucidarse. 

***

Los más relevantes para la batalla que parece haber tenido un punto final —al menos temporario— fue la triple ejecución que tuvo lugar en un descampado en agosto del año pasado. Tras la muerte del padre de Mauro Segales —cuyo vínculo al delito nunca se terminó de esclarecer—, él debía demostrar que su banda tenía el poder para seguir imperando y por eso, junto al Keto, ejecutaron a tres vendedores que la policía sospecha que trabajaban para La Tita. 

Una mujer de 27 años, apodada Beba, los vio y —según informó La Diaria— fue y se lo contó con el fin de obtener algo a cambio. Pero eso selló su destino: obtuvo una muerte lenta y dolorosa. 

Segales y el Keto la capturaron sobre finales de octubre y la llevaron a la casa que el segundo compartía con su hermana. 

—¿Por qué tenías que contarles todo? —le repetían mientras Keto le ponía cinta en las manos, boca y pies, según relató la fiscal de Homicidios Alana Eccher en una audiencia judicial a cuyo registro accedió El Observador. Mientras tanto, Segales le dijo que le daba 10 minutos para que hablara.

Beba levantó la mano. Iba a hablar. Pero lo que dijo no dejaba otra opción que solucionar la traición con la muerte. Era ella quien los había vendido y debía pagar por eso. Intentaron asfixiarla, pero como no se moría, le clavaron un cuchillo en el cuello. 

Con un serrucho, la desmembraron y la pusieron en bolsas de nylon. El Keto le pidió a su hermana que se deshiciera del cuerpo, quien aceptó, a cambio de algunas dosis de droga. La mujer dejó las bolsas en varias bocas de tormenta. Pero cinco días después volvió para mostrarle a su pareja dónde las había dejado, dado que no le creía. Alguien que las vio vigilando las bolsas las denunció a la policía. La hermana del Keto fue condenada por encubrimiento a principios de este año. 

 

***

Mauro Segales cayó por un homicidio que cometió por error. La policía logró encarcelarlo a comienzos de noviembre por el homicidio de Facundo Castro, un barbero que fue asesinado cuando volvía de trabajar. Segales, junto a Keto, lo interceptaron en la calle y lo mataron, al confundirlo con un pariente. En ese momento, el capo narco no debió estar en la calle sino en su casa, porque se encontraba en régimen de prisión domiciliaria total por un cargo de receptación.

En ese mismo mes, mataron a Keto y dejaron su cuerpo semienterrado en un descampado. Poco tiempo después apareció el de su hermano. Esos homicidios todavía continúan bajo investigación. Según informó La Diaria, la expareja de Beba se puso al servicio de la Tita para vengar su muerte y fue él quien se deshizo de los hombres. Tanto Segales como Keto estaban en la mira por la triple ejecución de agosto y el homicidio de Beba.

Uno de los hermanos de Mauro, Denis, había sido asesinado en enero de 2022 y por ese crimen está imputado uno de los Vallejo. En el marco del conflicto de larga data que tenían, este integrante de la familia Vallejo pasó en un auto por el frente de la casa de los Segales cuando todos los hermanos estaban parados en el frente y disparó, hiriendo de muerte a Denis, según consta en la audiencia de formalización del crimen a cuyo registro accedió El Observador. También había quedado herido otro de los hermanos. 

Ese mismo día, Mauro Segales y otra persona arremetieron a tiros contra un transeúnte en el barrio Peñarol y después contra una vivienda, a la cual le efectuaron más de 10 disparos. Cuando la policía, horas después, pudo individualizar al auto que los denunciantes habían referido, vieron a Segales del lado del acompañante y al otro imputado del lado del conductor. Pero el líder del clan familiar intentó fugarse y al principio lo hizo con éxito, aunque después fue detenido. 

Cuando le preguntaron el motivo, dijo que solo lo había hecho para poder ir al velorio de su hermano, que lo habían matado el día anterior. El pasado delictivo de Mauro Segales cuenta con más de 10 páginas de indagatorias que se remontan a 2006 y el 90% de esos hechos ocurrieron en Peñarol. 

Cuando la Fiscalía de Homicidios de 1er  Turno tuvo que alegar los motivos por los que entendía que Vallejo, imputado por el homicidio de Denis, debía continuar preso, la adscripta Natalia Pereira indicó que el padre y el tío de uno de los testigos del homicidio —que también forma parte de la banda de los Segales— habían sido ultimados en un doble homicidio.

"El encarcelamiento del señor Vallejo ayuda a controlar este baño de sangre que está ocurriendo en el barrio Peñarol", agregó el titular de esa Fiscalía, Carlos Negro, a mitad de febrero. 

La discusión política sobre la violencia en Peñarol

Con la presencia del ministro del Interior, Luis Alberto Heber, y el secretario de Presidencia, Álvaro Delgado, el gobierno instaló 168 cámaras en el barrio Peñarol el 28 de diciembre del año pasado. 
A raíz de la cantidad de homicidios que tuvieron lugar los primeros días de mayo —varios de ellos en el barrio Peñarol— Heber se reunió de urgencia con el presidente, Luis Lacalle Pou, buscando presentarle un plan para contenerlos. En ese entonces se definió aumentar el patrullaje y tomar otras medidas que nunca se divulgaron públicamente.

El director de Convivencia y Seguridad Ciudadana, Santiago González, indicó a principios de noviembre que el ministerio está enfrentando a complejas bandas criminales que viven “de muerte y de drogas”.  En entrevista con radio Montecarlo manifestó: “Nosotros tenemos la convicción de enfrentar a este tipo de bandas y que tenemos que ir liquidándolas de a una”. Aunque hay momentos en que el conflicto se calma, cuando se suscitan enfrentamientos, hay “muchos hechos de sangre”.

 

“Seguiremos trabajando para que le gente de Peñarol pueda vivir en paz, en un barrio precioso que se merece la paz”, cerró en ese entonces.

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