El 2 de marzo el presidente de la República, Luis Lacalle Pou, realizó por tercer año consecutivo una rendición de cuentas de lo que hizo el gobierno y en ese contexto anunció nuevamente la instalación de un laboratorio de la compañía Microsoft en el Laboratorio Tecnológico del Uruguay (LATU).
A dos semanas de que se confirmara la instalación del laboratorio desarrollado en alianza con el Laboratorio Tecnológico del Uruguay (LATU), el equipo de Microsoft se trasladó a Uruguay para trabajar en el proyecto que acerca al país a su objetivo de convertirse en un centro de innovación para la región.
Ahora, nueve meses después, el director comercial de cuentas corporativas para Microsoft, Rodrigo Astiazarán, dijo a El Observador que se cerraron todos los detalles administrativos que estaban pendientes para la concreción del laboratorio de Inteligencia Artificial de Microsoft. “Ahora ya estamos en condiciones de empezar la obra dentro del edificio que asignó el LATU”, apuntó y aseguró que se inaugurará en un plazo estimado de tres meses.
“Mas allá de la inauguración física, la idea es asignar al equipo durante marzo y empezar antes con un modelo híbrido (virtual), así ya vamos avanzando proyectos”, agregó el director de Microsoft para Latinoamérica.
En entrevista con El Observador en julio de 2022, Astiazarán se refirió al laboratorio como una pieza clave en la conversión de Uruguay en un centro de innovación regional.
Este centro de vanguardia en tecnología tiene como foco democratizar la inteligencia artificial a través de una propuesta gratuita. En este marco promete llevar adelante 300 proyectos en tres años con soluciones innovadoras para empresas de todas las dimensiones, tanto en Uruguay como en la región.
El laboratorio en marcha
Para funcionar, el laboratorio de Inteligencia Artificial e Internet de las Cosas que tendrá su sede en el LATU necesita, en el caso de proyectos exclusivamente de software, conexión a la nube. Sin embargo, en lo vinculado con IoT (Internet de las Cosas, por sus siglas en inglés) los requerimientos van a depender de cada proyecto.
“Si es de agro, por ejemplo, serán sensores que provean información de la humedad de las plantas o de la cantidad de veces que conviene ordeñar a una vaca por su fisiología”, explicó Astiazarán en la entrevista y subrayó que también serán fundamentales instrumentos de tecnología de punta como impresoras 3D de grandes dimensiones.
“Lo que estoy seguro que se va a incorporar al laboratorio, aunque no en la primera etapa, es la realidad aumentada que nos permita combinar la realidad con la virtualidad”, añadió el director.
Inteligencia artificial para todos
A pesar de la percepción de las organizaciones de que el Internet de las Cosas puede ser costoso, Astiazarán dejó en claro que uno de los objetivos del laboratorio es demostrar sus usos para todas las empresas, incluso, las más pequeñas.
“Hoy un kiosco donde trabaje una persona y que venda golosinas, lapiceras y revistas podría utilizar un servicio de inteligencia artificial. Con un sistema de caja común que tenga los datos de qué vende podría utilizar un motor de inteligencia artificial para establecer patrones de comportamiento futuros de sus clientes y decidir qué lapiceras comprar y de qué colores, qué revistas o qué tipo de golosinas y de esa forma encontrar un retorno en su inversión. Eso le puede requerir una inversión anual de US$ 250 y si a través de esa inversión vende el triple de golosinas o cinco veces más lapiceras, va a encontrar la rentabilidad”, ejemplificó.
A propósito, remarcó que el acceso al uso de servicios de inteligencia artificial es para todos, sin importar el tamaño de la organización. “Uno paga por lo que consume. Entonces si uno tiene una organización muy pequeñita va a pagar por el cómputo que consuma que en ese caso es ínfimo”, finalizó.