Mundo > "LAS CLOACAS DEL ESTADO"

España estremecida por un "policía corrupto" que grabó a políticos, jueces y empresarios

El hombre, que está en la cárcel, es sospechoso de haberse enriquecido al cobrar por montar campañas de descrédito, amenazar a personas o hacerlas hablar
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16 de octubre de 2018 a las 10:15

Sus grabaciones han comprometido a personalidades influyentes, hasta en lo más alto del Estado. En prisión desde hace casi un año, un expolicía estremece a España, donde el gobierno rechaza ceder ante un "chantajista".

Comisario retirado de 67 años, de contextura robusta y gafas, José Manuel Villarejo es identificado como uno de los actores clave en las llamadas "cloacas del Estado".

"Villarejo dirigía una policía paralela que trabajaba para manipular la justicia, destruir causas judiciales, al servicio de sus clientes, las grandes corporaciones y los multimillonarios", resume el periodista Carlos Enrique Bayo sobre este personaje, que entró en la policía en 1973, dos años antes de la muerte del dictador Francisco Franco.

Pero lo "más escandaloso" es que él "es la punta del iceberg de un entramado del Estado que se creó precisamente al final de la dictadura, cuando empezó la transición (a la democracia, en 1975) y que ha sobrevivido 40 años", señala Bayo, exdirector del periódico de izquierda Público, que divulgó desde 2015 revelaciones sobre el papel del comisario.

El grabador como arma

Villarejo está en prisión preventiva desde noviembre de 2017, pero todos aquellos que lo frecuentaron pueden sentirse inquietos, ya que durante décadas grabó secretamente a políticos, jueces, empresarios y policías, con los que compartió comidas y confidencias.

Es el caso de la actual ministra de Justicia Dolores Delgado. En una conversación recientemente difundida, la entonces fiscal trataba de "maricón" al actual ministro del Interior o señalaba a magistrados de haber frecuentado a menores de edad en Colombia.

En los audios, Villarejo se jactó de haber utilizado una "agencia de modelos" para obtener "información vaginal", es decir, confidencias hechas a prostitutas por personalidades políticas o económicas.

El comisario archivaba todo y los investigadores le confiscaron "más de 20 terabits de informaciones" equivalentes "a tres meses de emisión ininterrumpida de cualquier cadena de radio", indicó la ministra Delgado en el Congreso.

Ante llamados a Delgado para que dimita, el presidente del gobierno, el socialista Pedro Sánchez, garantizó que "no nos va a marcar la agenda política un corrupto" y un "chantajista".

Citando a la fiscalía anticorrupción, Delgado fustigó a su vez al "clan policial mafioso de Villarejo" por intentar "influir en la política nacional de seguridad" apoyándose "en funcionarios y cargos policiales, medios de comunicación y personas al servicio de la administración de justicia". 

Además, reprochó a la derecha haberlo utilizado, protegido y decorado.

Red de influencia

Según Carlos Enrique Bayo, Villarejo "creó incluso un instituto de estudios jurídicos, donde participaban los jueces y fiscales de las más altas instancias judiciales, cobrando por dar unas clases a 600 euros la hora", lo que le permitía "tener una relación excepcional con ellos".

Unos meses antes de su detención, Villarejo ofreció una entrevista a un canal de televisión donde reveló nombres de altos policías que le habrían dado órdenes. Reconociendo manejar una docena de empresas, afirmaba que estas le "permitieron actuar como agente infiltrado (...) allí donde el Estado no podía intervenir".

Villarejo es sospechoso de haber participado en una "operación Cataluña", bajo el precedente gobierno del conservador Mariano Rajoy, dedicada a "fabricar informaciones fraudulentas" contra los partidos independentistas de esa región y "contra el grupo de oposición Podemos", según Delgado.

Se habría enriquecido considerablemente al cobrar por montar campañas de descrédito, amenazar a personas o hacerlas hablar.

Según el diario El País, es sospechoso de haber recibido millones de euros por elaborar un informe contra un ministro de Guinea Ecuatorial, hijo del presidente Teodoro Obiang Nguema, rival de su hermano que ocupa la vicepresidencia del país.

Villarejo "se creía intocable" porque nadie tenía interés en "que él empezara a revelar lo que sabía de esta 'mafia del Estado'", afirma Bayo. 

En 2017, el periodista grabó a Villarejo señalando que si los diputados lo obligaban a comparecer ante una comisión de investigación, "tendrían problemas, de verdad".

"Si Villarejo empieza a contar las cosas del PSOE (Partido Socialista, en el poder desde junio) los hunde, igual que si cuenta cosas del PP (Partido Popular, su antecesor en el gobierno) los hunde", asegura Bayo.

Ni el rey emérito Juan Carlos se libró. En grabaciones de Villarejo divulgadas en julio, la supuesta examante del monarca Corinna zu Sayn-Wittgenstein afirmaba haberle servido de testaferro para ocultar parte de su patrimonio.

 

por Laurence BOUTREUX

AFP

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