Fruto de la muerte de una persona con la que compartía apellido, el 6 de febrero de 2014 su nombre comenzó a constar en el libro de sepulturas del cementerio de la capital de Cerro Largo.
"Por suerte se pudo regularizar la situación con el aporte del escribano de la Intendencia", explicó Resende, quien agregó que no tratarán de buscar culpables sino de "salir del paso de este tema".
El afectado asegura haber experimentado desde entonces graves secuelas psicológicas, como la falta de sueño.
"Tengo un promedio de 14 horas de sueño semanales", declaró Torres al ya citado medio.
Ahora, según informó el responsable del cementerio, procederán a contactar a la otra parte del caso para mantenerla al tanto de la situación.