La de Daniel Martínez fue una campaña atendida por su propio dueño. Su comando tenía un coordinador político (Jorge “Chileno” Rodríguez), un coordinador de equipos programáticos (Ramón Méndez), un jefe de publicidad (Claudio Invernizzi) y varios asesores más, pero era el candidato quien oficiaba como "jefe" sin tener una mano derecha que delineara la línea estratégica y la tradujera a acciones políticas.