Fabián "Fata" Delgado

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Fabián “Fata” Delgado: "Tengo más de lo que soñé y menos de lo que la gente se cree"

El músico y empresario cambió la música tropical, se convirtió en un clásico de las fiestas, ahora también participa de uno de los grandes éxitos de la televisión
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20 de mayo de 2023 a las 05:01

Cuando era chico Fabián “Fata” Delgado quería ser actor. En su adolescencia juntó sus primeros sueldos para pagar un curso de actuación en El Tinglado, pero el destino o el devenir de la vida lo llevó hacia la música. Y ahora solo busca hacer bailar a la gente.

La influencia musical estaba en su casa. "Los Delgado cantamos todos", dice con una sonrisa amplia que se transforma en una analogía deportiva: "Podés ir a aprender a respirar o vocalizar, pero el oído viene medio de nacimiento. Es como el que juega bien el fútbol, todos juega bien, pero hay unos que juegan mejor que otros".

En 1987 pisó las tablas como parte de Los Carlitos, con los que ganó el primer premio de la categoría humoristas en el Concurso Oficial de Carnaval. Ese pasaje por la fiesta de Momo le llevó conocer a Eduardo Ribero y convertirse en una de las voces del terremoto que fue Karibe con K. Pero hacia mediados de la década de los 90 se convirtió en frontman al crear una de las bandas que dejaría una huella indeleble en la música tropical: Los Fatales.

El estilo de Los Fatales, la dedicación y los años de permanencia lo convirtieron en clásico de la música nacional. Tanto es así que ahora llena la agenda con espectáculos familiares: no hay fiesta, casamiento, cumpleaños o divorcio que no piense, aunque sea por un momento, que se arme un trencito al ritmo de Comadre Compadre. 

Pero también desenmascara misterios en Canal 12 como uno de los investigadores de ¿Quién es la máscara? Sin embargo, no es su primera vez en la pantalla chica. La televisión es un gusto conocido para Delgado.

Cuando estaba en Karibe con K formó parte del Telejoven los domingos en Canal 5. Años más tarde condujo el programa de entretenimiento El que no está se embroma en Señal 1 hasta que un día lo llamaron de VTV para pedirle que cubriera tres horas llevando bandas en lo que se tradujo a 100% FatalSábados Fatales por la señal de cable. Ya en 2009 lo convocaron de Canal 12 para participar como jurado en Parque Jurásico y Cantando en la Oficina con Francis Andreu, Osvaldo Fattoruso y Nacho Cardozo. Después pasó por 2010 ¡Jugá!, una apuesta veraniega de Canal 10 que condujo Pamela David y Jorge Piñeyrúa, antes de llegar al programa Todo el mundo tiene y recibir invitados de todos los palos de la música. Finalmente, en medio de la pandemia de covid-19 recibió un llamado de Teledoce para participar de Pone Play. "Ahí me cambiaron un poco la vida", dice ahora. 

"En la pandemia la música estaba parada mal. Imaginate estar sin laburo, que te llamen de un canal y te ofrezcan un trabajo relacionado con acertar canciones, que a mi que me encanta. Todo el mundo de barbijo y mucho hisopado, pero lo que lo que estuvo bueno fue que volví a la televisión en algo relacionado con música. Me devolvieron la alegría y empecé a tomarle el gustito a la tele de nuevo".

Delgado recibió a El Observador en su casa, donde habló sobre su carrera musical y su experiencia en uno de los programas más exitosos de la televisión abierta. A continuación un resumen de la entrevista. 

Hace más de 30 años que tu voz es parte de la industria musical. ¿Cuál es tu mayor aprendizaje en más de tres décadas?

Cuando hay más población a veces pegas una canción o tenés un poco de éxito y te capitalizás más rápido. En este país tenés que seguir haciendo cosas permanentemente porque somos pocos y cada vez hay más artistas. Yo vi varias generaciones de artistas que fueron saliendo y todos los días sale uno nuevo. Lo que más veo es que la evolución de la música siempre va en función de la generación. No es que era mejor la que hacíamos nosotros antes, ni peor la nueva. Son otras generaciones y tienen otros gustos. 

Alguna vez dijiste que si no fuera por Eduardo Ribero, creador de Karibe con K, quizás seguirías trabajando en una peluquería. ¿Seguís pensando lo mismo? 

Sí... En realidad no sé, porque a parte de la peluquería desde chiquito mi madre me llevaba a cursos de declamación y recitado. Yo quería ser actor. Cuando empecé a trabajar en una papelería en el Centro como cadete tenía 16 años y con el primer sueldo me anoté en un curso de teatro en El Tinglado. Estuve un par de años hasta que entré en Carnaval con Los Carlitos. En Carnaval hay que cantar, actuar, bailar. Empecé a cantar y ahí conocí a Gerardo Nieto y a Pichu Straneo. Me hice amigo de ellos y de Miguel Cufos que vivía la vuelta a mi casa. Hicimos un espectáculo con Los Carlitos y llevamos a Karibe con K, que fue a tocar gratis. Yo ni estaba en Karibe, ni soñaba que iba a estar, pero era el animador del festival. Ahí me vio Eduardo Ribero y le preguntó a Gerardo por mí. Y él dice, 'no sé si canta, pero animar anima bien'. Un día él, que era el animador, estaba disfónico y entonces dice "decile a Fata, el de Los Carlitos, que venga". Esa misma noche estuve presentando Karibe con K. Ya tenía casi 5 años de carnaval cuando entré. Y me hallaba bien ahí adentro.

Viviste una época muy explosiva de Karibe con K, era una banda muy popular y vos eras muy joven. ¿Cómo recordás esa experiencia?

Era joven y cero experiencia de música tropical. Siempre le agradezco a Eduardo Ribero y a Karibe con K porque si no capaz que no hubiera estado en este rubro seguro. A mí me gustaba Karibe más que me gustaba cantar. El ambiente era del barrio y los festivales que íbamos en Carnaval eran los mismos a los que iban a las orquestas, como hasta ahora. El tema era que yo pasaba música en inglés y no conocía mucho de la música tropical, de los ritmos y eso. Fui aprendiendo a medida que fui grabando canciones y en los ensayos. Los músicos siempre explicaban que este ritmo se llama guaracha, esto otro plena, y ahí fui aprendiendo. Después me empezó a escribir canciones Chico Carlo, que era cantante plena y era compositor. Un día me dijo: "vení a casa porque yo te voy a explicar un poco cómo es que se canta esto". Cuando entendí más o menos cómo cantar sobre la clave empecé a componer y hice unos temas para Karibe con K, que cantaban Gerardo, Miguel, Alex Estela, y después fuimos haciendo canciones para mí.

Fabián "Fata" Delgado

En 1996 creas Los Fatales. Muchas de esas bandas de finales de los 90 y principios de los 2000 que ya no están. ¿Por qué pensás que Los Fatales todavía tiene vigencia? ¿Qué es lo que los destacó y les permitió mantenerse? 

Creo que Los Fatales generaron un estilo propio y ese estilo lo mantenemos hasta hoy. Y tiene un perfil que es divertido. El punto es divertir a la gente en una fiesta, que es donde me siento más cómodo y donde estamos apuntando desde el 2009 cuando empecé a hacerlas más que los boliches. Es una etapa que me parece que cumplí, que también desgastaba mucho porque terminaba muy tarde. 

La mayoría de los artistas de la música tropical reconocen que abriste una puerta cuando decidiste mezclar candombe y plena. ¿Sentís que tenés el reconocimiento de tus colegas?

Hubo un cambio. En un momento había dueños de grupos que decían "Los Fatales tienen 12 actuaciones por semana y nosotros estamos haciendo cinco, hay que tocar, esto está cambiando el gusto de la gente". Era una bestialidad. 20 o 23 por semana llegamos a hacer. En realidad la música tropical existió toda la vida y la respeto como es. Es un equipo de gente trabajando para hacer algo en conjunto, como lo que somos, una banda. Los mismos que tocan el tambor también evidentemente tocan percusión y hacían la parte de música brasileira. Una mezcla de los ritmos. Y entonces ya la gente antes de escuchar la voz, ya por la música, decía estos son Los Fatales. 

¿Cuándo decidís incorporar la cuerda de tambores? 

Viene de la mano de Carnaval y también porque me gustaba todo lo que era el pop y la música que pasaba como DJ. Tenía un amigo que pasaba la música tropical con discos de pasta en los cumpleaños del barrio, en el Cerro, íbamos a casas y la parte de la pachanga la pasaba yo en los discos. Pero la pachanga tenía temas que eran en inglés. Cuando empecé a armar el repertorio de Los Fatales, había una cantidad de temas que yo sabía que podíamos adaptarlos a nuestro estilo y un tema que se llama Don't take my coconuts de Kid Creole me dio la inspiración a poder hacer una combinación. Trabajaba conmigo [Carlos] el "Bocha" Pintos, que estaba en Sarabanda, y en un ensayo le digo 'en este tema entra Candombe'. De hecho el tema tiene dos partes instrumentales: en una tiene Candombe y en la otra no, porque era una prueba para ver cómo le iba a reaccionar la gente en el baile, pero la gente quería más. Ahí empezamos a darle una estructura de candombe-plena a mis temas.

Ahora son temas que mueven a distintas generaciones

Mi trabajo en la producción y el marketing del grupo era mantenerlo, porque es lo más difícil. Pegás una canción y te conocen rápido, dos temas y sos un éxito, pero cuando tenés 15 temas, te transformaron en un clásico. Siempre tratamos de que, si bien la música es divertida y sencilla, tenga arreglos de percusión. Por eso también creo que a veces la gente que es de otro palo respeta mucho a Los Fatales por la banda, porque cuando hacemos un tema por más que sea sencillo sea intenta que tenga una conjugación de ritmo. No porque el tema sea comercial tiene que ser tocado de forma elemental. 

Los músicos de Los Fatales son los mismos desde hace varios años y eso no es tan usual en el medio, ¿por qué sucede?

Sí, somos los mismos desde hace muchos años. Eso ayuda a muchas cosas, no solo en lo musical, sino que también en entender que con los años cambiaron nuestras vidas. Cuando empezamos tocando con Los Fatales no éramos casados, no teníamos novias, no teníamos hijos. Fuimos creciendo juntos. Y nos vemos todos los fines de semana porque el trabajo de la tropical y las fiestas es estar, si no decidís parar un fin de semana en el año, no parás nunca. En todos los laburos hay licencia y nosotros tenemos que parar. En algún momento estuve muerto, porque hacía demasiadas cosas a la vez aparte de ir a cantar. Me gusta hacer grupos de gente para los espectáculo pero me cuesta delegar. Aprendí con el tiempo que sin delegar no se puede crear otras cosas.

Fabián "Fata" Delgado

Creo que el premio es no haber parado, porque en un momento se escuchó cumbia villera, cumbia cheta, el rock pegó fuertísimo después de la crisis y la música tropical se estaba escuchando menos. Hay bailes de musical tropical y radios que van a existir siempre, pero no eso masivo que había en el 2000; llovía el laburo. En ese momento hubo que ser inteligentes para ver si seguíamos haciéndolo, estar unidos para aguantar el chaparrón de decir 'bueno, este fin de semana hay dos fiestas o una' después de venir de hacer diez por semana  meses antes. Aguantamos esos años y en el 2003-2004 empezamos a levantar de nuevo sin cambiar de estilo.

¿De dónde vienen estas ganas de hacer música para divertir a los demás, para llevar felicidad?

Cuando empecé en Karibe con K me dieron un tema medio romántico. Yo lo cantaba y me reía un poco, me reía cantando porque es mi manera de ser, y en ese momento era muy joven y no lo analizaba. Pero los que cantaban romántico, Gerardo por ejemplo, me decían 'tenés que poner un poco más serio cuando cantas el tema'. Pero no me hallaba mucho. Eduardo vino un día y me dijo 'vos vas a cantar los temas alegres, las plenas', le llamaban así. Me empezaron a dar temas y me empecé a buscar canciones que fueran alegres, algunas me las daban los músicos de Karibe que escuchaban salsa y decían 'este tema es como para vos'. Fui haciendo un perfil. Y después empecé a hacer temas para los fatales. Pizza muzzarella fue el primer tema que escribí para Los Fatales. 

Ahora también te vemos en ¿Quién es la máscara?, que ya está en su segunda temporada.

Cuando me llamaron les pedí que me dijeran cómo era el formato, porque si es para juzgar el arte de alguien no acepto, así me quieran pagar lo que sea. Un día empezó el programa y explotaron las redes. La gente está en la casa está enloquecida por saber quién es la máscara cada semana.

¿Cómo estás viviendo esta explosión?

Es lindo, porque si bien vengo con distintas generaciones por la música, ahora encontré la de los niños a través de La Máscara. Voy a los cumpleaños de 15 o a los casamientos y todos los niños vienen  a pedirme una foto porque me ven ahí. Es un programa que unió a la familia en TV de aire. Despertó la curiosidad del público. Ven un programa con un despliegue impresionante que a veces me pregunta la gente dónde lo graban, si acá en Uruguay o en Argentina. Eso es hecho acá, en Canal 12, y trabajan casi 100 personas. Cuando empezó La Máscara me mandaron un formato español.  Me dijeron que un 60% iban a ser artistas nacionales, porque hay una exigencia del contrato, y otros van a ser internacionales. La gracia no está solamente en que sea groso el que está adentro, sino que sea alguien que no te imagines.

¿Vos también le fuiste encontrando la vuelta a tu rol de investigador?

¡Sí! No hay cosa que me duela más que la gente crea que nosotros sabemos, porque nosotros sufrimos no saber, realmente no sabemos. Estamos todo el día con Google, a veces con Sofi, con Emir o con Pato nos mandamos Whatsapp 'estoy en casa y me estoy volviendo loco'. Seguimos laburando en la casa, ¿viste? Cuando ese día no sale el personaje me dejan loco. Ya estamos enloquecidos y el público también, porque la gente te escribe como convencida: "¿Sabes quién es? Fulano". Y después de que está grabado y yo ya sé quién es no le puedo decir que no es. Cuando sale el programa me escriben diciéndome "fulano es tal" y yo digo "ah, todo puede ser". Y la libreta la tengo toda tachada y de un día al otro cambio de opinión. 

Lo que vemos es lo mismo que ve la gente, con la diferencia de que nosotros tenemos armada una teoría en función de las pistas. Pero a veces sobre la marcha hay que cambiar. Y ahí ya me vuelvo loco. Nos pasa a todos. Ahí está la gracia del programa. Y en la competitividad del juego está la gracia de jugar entre nosotros, también. A veces estamos grabando todo el día ahí adentro, 11 horas, y se va volando. Salís y no sabés si de día o de noche, pero salís feliz.

¿Te parece que a los artistas uruguayos les cuesta llamarse famosos?

Es chico el país y acá no creo que haya gente que deje de hacer cosas por ser conocido, porque va con nuestra forma de ser. Los uruguayos mantenemos de grandes las costumbres que tuvimos cuando éramos chicos. Y cuando tenemos más de lo que soñamos, más todavía, porque disfrutamos más todos los momentos.

¿Vos tenés más de lo que soñaste?

Sí. Y menos de lo que la gente se cree, pero sí, mucho más. De hecho, hay algo que no pierdo que son las amistades. Me gusta mucho tener amistades, salir a comer, hacer un asado, un fútbol 5, que no se pierda eso que es lo que me hace feliz. Lo otro es trabajo, que me hace feliz también, pero lo tengo que hacer aunque esté cansado. Hay que ir a cantar. Mi prioridad es disfrutar la familia y a los amigos en todo momento que se pueda y hacer feliz a la gente. ¿Qué más puedo pedir? Soy un privilegiado. Y esto sigue.

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