Los departamentos fronterizos con Argentina continúan atravesando una situación compleja. En ese coctel negativo se mezclan la diferencia cambiaria, la falta de inversión y la realidad de un mercado laboral deprimido.
El Ministerio de Trabajo presentó este jueves un análisis del mercado laboral en Salto junto con el centro comercial e industrial del departamento.
El desempleo se ubicó en 12,8% en junio y es de los más altos del país para todas las edades (aunque por debajo en la comparación interanual). Para los mayores de 45 años se ubicó en 6%. El desempleo en los jóvenes también es el mayor de Uruguay con 28,7% y 10 puntos porcentuales por encima de la tasa promedio. En la franja entre 30 y 44 años fue de 8,2% solo superado por Río Negro con 8,5%.
El informe señaló que hay sectores donde se registró un descenso de la población ocupada y otros en lo que se no notó un aumento.
La construcción, el sector doméstico y la intermediación financiera presentaron una baja. En línea opuesta, la administración pública, la actividad inmobiliaria y los hoteles y restoranes, entre otros, mostraron un ascenso.
La informalidad en Salto cerró 2022 con una tasa de 28,9%, muy por encima de los promedios nacionales, aunque con un descenso consecutivo desde 2018. En ese año había sido de 40,2%.
El subempleo fue de 11,8%, una tasa mayor al promedio nacional, tanto para hombres y mujeres. El subempleo femenino fue de casi 15%.
El informe oficial sostuvo que el turismo atraviesa una grave crisis debido a múltiples factores. Allí se mezclan la falta de políticas públicas, falta de inversiones (tanto pública como privada), carencia de innovación en modelos de negocios, cambio de público en turismo termal y la diferencia de cambio con Argentina.
Sobre las inversiones indicó que el departamento no es atractivo para recibirlas por diferentes causas. Se mencionaron la falta de beneficios que atraigan inversiones y la carencia de sinergia entre los actores. Explicó que la coyuntura no es favorable por la situación de estancamiento y la diferencia de precios con Argentina. También planteó que las inversiones no logran concretarse en el departamento.
Respecto a la fuerza laboral, el documento señaló que hay bajos niveles educativos de la población en general y baja formación para el sector productivo que en líneas generales tampoco la requiere.
También hay altos niveles educativos de un sector profesional que no es absorbido por el mercado y prácticamente es obligado a emigrar. Hay además una oferta saturada de las profesiones más clásicas, donde pesa más el título que las posibilidades de desarrollo profesional y laboral.
En el medio rural se verificó una alta rotación de personal que genera informalidad y ausentismo. Se observó la existencia de desalentados, es decir trabajadores que dejaron de buscar empleo porque saben o perciben que no hay, lo que baja la tasa de actividad.
En el caso de los empresarios mencionó que algunas han priorizado la inversión en tecnología para acceder a nuevos mercados o mantener los existentes en detrimento de los salarios y la formación de trabajadores.
Marcó que la mitad de los empresarios medios no saben cómo acceder a nuevos mercados fuera del departamento. Igualmente hay algunos que están dispuestos a salir de su zona de confort y a buscar mercados más regionales.
Otros aspectos negativos fueron la falta de innovación en ideas de negocios y la realidad que se observa en los negocios familiares, donde los impulsos de las nuevas generaciones se ven frenados por el peso cultural de las generaciones anteriores.
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