El gobierno definió que el precio de combustibles se mantendrá y no subirá durante noviembre, según informó el Poder Ejecutivo en un comunicado.
"La decisión se adoptó luego de analizar la evolución de los Precios de Paridad de Importación (PPI), en combinación con los resultados de ANCAP, que continúa recibiendo importantes ingresos derivados de la venta de gasoil a UTE para la exportación de energía a Brasil. De esta forma, el Poder Ejecutivo mantiene el criterio de destinar los resultados extraordinarios de ANCAP a favorecer la reactivación económica en la etapa pospandemia", señala el comunicado.
"Más allá de lo resuelto, las autoridades continuarán vigilantes de la situación financiera de ANCAP y de la evolución de los precios internacionales, en un marco de incertidumbre energética global que se viene instalando y que ha llevado a la suba sostenida de los combustibles en los últimos meses en las principales economías de la región y el mundo", finaliza el comunicado.
En la mañana del jueves, el ministro de Industria Omar Paganini había adelantado que Ancap estába teniendo "resultados extraordinarios" que permitían mantener el precio. "Ancap está teniendo un resultado extraordinario muy marcado y muy sostenido en el tiempo, vinculado con la exportación de energía eléctrica que hace UTE, que es con gasoil de Ancap", aseguró entrevistado por Telemundo.
La decisión del gobierno no va en línea con lo que que establece el último informe Ursea que se basa en el Precio de Paridad de Importación (PPI) que sugería un aumento en los combustibles. De acuerdo al informe del regulador –que analizó el mes móvil cerrado al 25 octubre–, el litro del gasoil explanta de Ancap (sin contar los márgenes de las distribuidoras y los fletes) debería costar $ 43,80, lo que arroja una suba del 13,7% ($ 5,3) respecto al precio que estaba vigente en el informe de setiembre ($ 38,45).
En el caso de la nafta Súper 95, su precio debería haber aumentado 4,5% ($ 2,7) por litro, ya que el valor explanta de Ancap treparía de $ 57,44 a $ 60,41, mientras que la gasolina Premium debía pasar de $ 59,38 a $ 62 (+$ 2,6).
De esta forma, el gobierno se desmarca del mecanismo aprobado en la Ley de Urgente Consideración (LUC) para fijar el precio de los combustibles que establecía seguir criterios técnicos (el informe del ente regulador) y evitar así la discrecionalidad que, según señalan desde el oficialismo, se daba en gobiernos anteriores. El argumento del Ejecutivo para defender este mecanismo cuando fue cuestionado es que es "más transparente" porque se alinea con lo que sucede con el petróleo a nivel global y le muestra a la población los sobrecostos de Ancap (factor x en el informe de la Ursea).
"No hay por qué trasladarle a la ciudadanía los sobrecostos", aseguró Paganini. "Si la situación de Ancap, por una situación extraordinaria que ni siquiera estaba presupuestada, es más favorable, podamos tomar este tipo de decisiones".
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