Adani dejó el pequeño comercio textil de su padre y abandonó la universidad en segundo año

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Guatam Adani, el tendero que se hizo multimillonario y ahora tiene en vilo a la India

¿Ataque especulativo? ¿Maniobras fraudulentas? El grupo económico más importante del país se tambalea y amenaza con dejar un tendal de quiebras en una multitud de compañías en sectores estratégicos
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10 de febrero de 2023 a las 05:03

La historia tiene todos los ingredientes para convertirse en un éxito en el horario central de la muy popular industria televisiva de la India, donde abundan tramas que tejen rutilantes ascensos sociales, intrigas, desgracias varias y fulgurantes bancarrotas, además de amores imposibles.

Un personaje central bien podría ser Guatam Adani, el hombre que dejó el pequeño comercio textil de su padre en una localidad de provincia y abandonó la universidad en segundo año para emprender una meteórica carrera que lo llevó a convertirse hasta hace no mucho tiempo en el cuarto mayor multimillonario del planeta.

El hombre, que pasó de empresario exitoso a estar bajo el escrutinio de la sociedad, nació en junio de 1962 en el seno de una familia de clase media en Ahmedabad, en el estado occidental de Gujarat, cercano de la gran ciudad de Mumbay. En 1981, su hermano mayor compró una fábrica de plásticos y lo invitó a unirse.

Adani aceptó y se dedicó a la importación de PVC. Poco después se expandió a otros productos. Comenzó a exportar textiles, productos agrícolas y piedras preciosas, en especial diamantes. La fortuna le sonreía. En 1995 adquirió la primera de sus ahora muchas terminales portuarias que opera su holding en los océanos Índico, Pacifico y Mediterráneo.

Fue así que Adani ingresó y escaló posiciones. Su fortuna, sin embargo, experimentó un veloz aumento en los últimos años. En particular en 2022, cuando el valor bursátil de los activos del grupo que preside superó los US$ 125.000 millones. El hombre escaló entonces al cuarto lugar del listado de supermillonarios de la revista Forbes. Hoy, el exitoso Adani ve cómo su riqueza se desploma.

¿La razón? Un informe de Hindenburg Research, una firma con sede en Estados Unidos, que lo acusa de una "descarada manipulación bursátil". La denuncia, básicamente de fraude, redujo a la mitad su patrimonio neto y desató un fuerte debate político que alcanza al primer ministro, Narendra Modi, también oriundo de Gujarat, la ciudad natal de Adani.

Tiburones al acecho

Está claro que Hindenburg Research no es trigo limpio. Tiene sus intereses. También varios antecedentes de causar desplomes en los precios de las acciones de las empresas que denuncia. La firma dice especializarse en “investigación financiera forense”. En otras palabras: busca posibles actos de corrupción o fraude en el mundo empresarial. Lo que están a su favor argumentan, crónica del Washington Post en mano, que ayudó a desbaratar una estafa de US$ 500 millones que habría perjudicado a la Iglesia mormona de Estados Unidos.

En lo inmediato, Hindenburg Research tiene mucho por ganar. En su informe reconoce que había tomado antes de publicar su denuncia una “posición corta en las compañías del Adani Group” a través de acciones y bonos corporativos que cotizan en Estados Unidos y en mercados fuera de la India. Nada nuevo.

Las “posiciones cortas”, también conocidas como “ventas al descubierto”, permite ganar dinero si el precio de una inversión desciende. Parece contradictorio, pero es sencillo: consiste en vender acciones que se toman en préstamo con la expectativa de que su precio baje. Así, a la hora de cancelar el préstamo, el precio de recompra será menor que el de la venta en corto y el inversor obtendrá una ganancia por la diferencia.

Los críticos dicen que estas operaciones pueden hacer descender injustamente el precio mediante acusaciones infundadas. Sus partidarios, por el contrario, las consideran algo así como saludables. Una suerte de antídoto contra las burbujas especulativas.

Ascenso meteórico

Tras la denuncia, que borró de un plumazo US$ 110.000 millones del valor bursátil del grupo y arrasó con la confianza de los inversionistas, los legisladores indios exigen que se investiguen los negocios de Adani.

La preocupación no es menor. El grupo tiene intereses en puertos, aeropuertos, en la distribución de gas, en el sector de la energía verde, en centros de datos, en la logística agrícola y en la producción de aceites comestibles. También en la generación y transmisión de energía. Solo el año pasado denunció ingresos por US$ 23 mil millones.

El grupo no solo es el operador aeroportuario más grande del país. También controla el puerto de Mundra en el estado de origen de Adani, la terminal privada más grande de la India. Dentro de este paraguas de negocios, siete empresas cotizan en las bolsas de valores indias. El grupo, además, posee varias minas de carbón, una de ellas en Australia.

Una muestra del poder de Adani, que creció a través de adquisiciones y fusiones, es la compra del puerto de Haifa, en Israel, luego de acordar en junio pasado con el gigante francés TotalEnergies invertir US$ 5 mil millones para producir en la India hidrógeno verde y productos relacionados. Un mes antes, se había convertido en el segundo mayor productor de cemento del país, luego de comprar los activos de la suiza Holcim por US$ 10.500 millones.

La oposición y los medios locales afirman que Adani se benefició de su amistad con Modi, lazo que se remonta a cuando el ahora primer ministro gobernaba Gujarat y Adani obtenía tierras a precios baratos. Denuncia de amiguismo que se extienden a las adquisiciones de puertos, terminales aeroportuarias y minas de carbón. Según Forbes, Adani tenía un patrimonio neto de US$ 2.800 millones en 2014. Justo antes de las elecciones nacionales que llevaron a Modi a la cumbre del poder político.

La acusación

Según Hindenburg Research, las empresas clave de Adani que cotizan en bolsa tienen una "deuda sustancial" y algunas entregaron acciones como garantía de cuantiosos créditos. La firma, además, sostiene que el grupo utiliza una red de sociedades en paraísos fiscales para inflar sus ingresos y los precios de las acciones para que parezcan más solventes.

Dice, además, que el grupo tiene “prácticamente inexistentes controles financieros” y que sus empresas, incluida el buque insignia Adani Enterprises, han tenido hasta cinco gerentes generales en los últimos ocho años.

El informe puntualiza que el auditor independiente es una pequeña empresa llamada Shah Dhandari en los casos de Adani Enterprises y Adani Total Gas. ¿Lo notable? La firma auditora no tiene página web, está formada por cuarto socios y 11 empleados, y los auditores tenían apenas 24 y 23 años cuando comenzaron a rubricar los resultados de las auditorias.

“Estaban esencialmente recién salidos de la escuela, y difícilmente en condiciones de examinar y hacer rendir cuentas de las empresas más grandes del país, dirigidas por una de las personas más poderosas de la India”, sostiene Hindenburg Research.

El informe alega que los miembros de la familia Adani cooperaron para crear entidades ficticias extraterritoriales en paraísos fiscales como Mauricio, Emiratos Árabes Unidos y varias islas del Caribe, generando documentación de importación/exportación falsificada en un esfuerzo por estimular la facturación falsa o ilegítima y desviar dinero de las sociedades cotizadas.

Adani se defiende

El hombre, que pasó de tendero a multimillonario, alega que el informe se emitió con “mala fe" y busca para dañar la reputación del holding justo cuando el grupo intentaba realizar una venta pública de acciones en el mercado secundario para recaudar US$ 2.500 millones.

La operación, la mayor de este tipo registrada en la India, se concretó y suscribió en su totalidad, pero finalmente fue cancelada por la compañía, lo que marcó un durísimo revés para su fundador y provocó que las acciones se desplomaran aún más.

Al cancelar la venta, Adani dijo que el grupo revisará su estrategia en el mercado de capitales una vez que los precios de sus papeles se estabilicen. Por lo pronto, no está claro cuándo sucederá, ya que las acciones continúan en picada, caída que disparó una serie de advertencias de la agencia de calificación Moody's, que recortó la perspectiva crediticia para las dos principales empresas del grupo.

En este contexto, los analistas advierten que la peripecias de Adani y sus compañías aumentan los temores que un efecto dominó castigue a otra empresas indias que cotizan en los mercados bursátiles de Estados Unidos y del país.

Mientras tanto, los legisladores de los principales partidos de oposición siguen reclamando que el regulador del mercado indio investigue las presuntas irregularidades, en especial en varias de las firmas del holding que mantienen asociaciones en sectores estratégicos con empresas estatales.

Pese a todo, y cuando todavía parece prematuro anticipa un final, Adani sigue disfrutando de una fortuna que calculada por su capitalización bursátil asciende a US$ 61.700 millones. Sigue siendo una de las personas más poderosas del mundo, con empresas que emplean a más de 23.000 personas. Es poco probable hombre deje los negocios. Tan improbable como que un buen guionista haga de su vida, al menos por ahora, una telenovela exitosa.

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