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Hacia una súper salud

Conversamos con Silvina Tocchetti, fundadora y directora clínica de Mind Nutrition, el primer centro especializado en Lifestyle & Functional Medicine del Cono Sur
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13 de noviembre de 2020 a las 05:01

Por Federica Cash

Las mujeres vivimos hoy una revolución. Tenemos muchas aspiraciones que nos conducen a desarrollarnos en muchos aspectos y que a veces exigen más de lo que podemos dar; el tiempo sigue siendo el mismo que antes pero las ganas son muchas más. Sin dudas, esta exigencia tiene costos en la salud, porque si bien los beneficios que hemos alcanzado han sido enormes, la oferta de oportunidades sumada a los deseos irrefrenables, pueden generar inconformismo, problemas de atención, ansiedad y hasta angustia. Y claro está, a la larga el cuerpo se expresa.

Para entender el impacto que tiene esto en nuestra salud, conversamos con Silvina Tocchetti, fundadora y directora clínica de Mind Nutrition, el primer centro especializado en Lifestyle & Functional Medicine del Cono Sur. Silvina trabaja tendiendo puentes entre los diferentes síntomas que perciben sus pacientes y analiza cómo se vinculan según su individualidad bioquímica, fisiológica y psicológica. 

Comenzó su formación en Medicina Nutricional y Medioambiental en Londres, así como en  Medicina Funcional y de Estilo de Vida en Estados Unidos. Además, se recibió de Psicóloga e hizo estudios de posgrado en Psicología Analítica. Quería llegar a un modelo que diera cuenta tanto de lo psicoemocional como de lo orgánico.

“Desde que entré en contacto con el Lifestyle & Functional Medicine, me di cuenta que había encontrado un modelo de creación de salud que espejaba perfectamente mi búsqueda profesional”, explica Silvina. Para conocer este modelo y entender cómo se desarrolla en la clínica, conversamos con Silvina en su consultorio.

¿Qué es la Medicina Funcional?

Este enfoque no es una propuesta que está de moda: es producto de la evolución en la investigación científica. Además, es complementario al de la Medicina Convencional. Como a mí me gusta decir, “no es una cosa o la otra; sino una cosa y la otra”. 

Muchas ramas distintas como la microbiología, la genética, la neurología o la endocrinología, descubrieron información que las conectaba entre sí. Así el cuerpo humano deja de ser algo dividido geográficamente en partes, para estar unido por puentes. Y ahí está mi fascinación, en esas conexiones. Podemos concebirnos por separado pero después que lo hacemos, tenemos que volvernos a conectar.

El gran momentum del Lifestyle & Functional Medicine se da a raíz del descubrimiento del genoma humano en el año 2003. Este acontecimiento llevó a que incluso instituciones de Medicina Convencional como el Cleveland Hospital en Estados Unidos, incorporaran este enfoque de creación de salud.

Antes se creía que la genética era la base de todo, vivíamos en un modelo determinista; ahora la genética pasa a ser la punta de la pirámide y en la base está el estilo de vida. Es lo que se llama epigenética, que quiere decir, más allá de la genética, y se refiere al impacto que tiene nuestra forma de vivir en la expresión de los genes.

Hoy se habla del “exposoma”, que considera a nuestro organismo junto a todo lo que lo rodea, es decir, dónde estamos insertos. Se vio que eso influye en cómo se expresa la genética. Los genes están ahí leyendo una partitura, y esa partitura se genera a partir de lo que pensamos, sentimos y del medioambiente que nos envuelve.

¿Qué es lo que busca  este abordaje?

El objetivo de la Medicina Funcional y el Lifestyle Medicine es crear salud. Optimizar todas las funciones vitales para ir a más, a la mejor expresión posible. Nuestro ámbito no es ir atrás de la enfermedad. La gente suele venir cuando tiene un problema, cuando tiene instalado síntomas crónicos. Si bien desde nuestro enfoque trabajamos con personas que ya manifiestan síntomas crónicos, el ideal es trabajar antes de que la enfermedad se manifieste. A diferencia de la Medicina Convencional, que tiene un rol clave en los problemas agudos e infecciosos de salud, nuestra intención es hacer el “upstream” hacia la zona de salud, hacia un camino ascendente.

¿Y cómo trabajan para lograr esa superación?

Buscamos llegar a la raíz de los desórdenes crónicos creando salud. Tratamos de ir al origen y allí vemos cómo los problemas se conectan. Reconstruimos la biografía de salud y de manifestaciones de síntomas de la persona que nos consulta: ese hilo conductor que va uniendo los síntomas entre sí y con los distintos momentos de vida. Trabajamos también con Análisis Clínicos Funcionales desarrollados en laboratorios de Estados Unidos y Reino Unido especializados en la materia, que no están enfocados en detectar  la patología, sino en analizar cómo funciona el organismo de la persona: por ejemplo, vemos cómo está el microbioma intestinal, si hay inflamación, cómo está funcionando la digestión, cómo se metaboliza todo lo que procesa nuestro organismo, es decir, no solo el alimento sino también los pensamientos, el estrés, entre otros estímulos. Entonces, luego de conectar todas estas disfunciones, hacemos una hoja de ruta teniendo en cuenta los objetivos de esa persona y armamos una propuesta para lograr sus metas.

¿Quiénes llegan a la consulta?

Atendemos tanto a personas que están buscando optimizar su salud, como a personas que desean prevenir el desarrollo de enfermedades crónicas, y otras que ya perciben manifestaciones que no les permiten disfrutar de su vida como quisieran. Éstos últimos casos son muy variados; llegan por ejemplo personas que están sufriendo el impacto del estrés en su organismo y metabolismo, personas que tienen alergias crónicas desde su niñez y no encuentran una solución, otras con desórdenes gastrointestinales crónicos (casos tan comunes como gastritis, constipación, distensión abdominal, entre otros). 

En el caso de las madres y futuras mamás, se trabaja tanto para optimizar la salud previo a concebir, como para apoyarla durante el proceso de embarazo. También es fundamental dar soporte durante el después. Muchas veces no se le da la importancia  necesaria a la restauración de nutrientes esenciales que resultan drenados debido al embarazo y la lactancia. También, en ocasiones, trabajamos con parejas que tienen dificultades de concebir, optimizando tanto en el hombre como en la mujer las funciones orgánicas de forma sistémica.  

¿Por qué se hace tanto hincapié en el sistema digestivo a la hora de evaluar la salud?

El intestino es la “cocina” del cuerpo en todo sentido. Es donde se termina el proceso digestivo que comienza en la boca, o incluso antes, en la vista y el olfato, después llega al intestino, primero al delgado donde se absorben los nutrientes y luego al grueso donde se terminan de fermentar los alimentos y  donde se producen los desechos. 

Por otro lado, el intestino es la sede de una muy buena porción del sistema inmunológico y del sistema nervioso, ahora llamado “el segundo cerebro”. Entonces cuando las personas están muy estresadas, hay una implicancia enorme en el funcionamiento del intestino.

¿Cómo podemos ser buenos gestores de nuestra energía?

Lo primero que hay que reconocer es cuál es mi energía, dónde estoy, tomar consciencia de mí, de las cosas que elegí, de las prioridades que hice, y así enfocar mi energía. En la medida en que se use bien, es un enorme capital, en vez de dilapidarla. Sin dudas es un proceso de autoconocimiento, de saber lo que me hace bien y perseguir un estilo de vida que me vitalice.

La calidad del sueño es fundamental también; yo estoy cada vez más enamorada de las bondades del sueño. Lo primero que necesitás para tener energía es descansar bien y conocer tus horarios, cuáles son tus ritmos. 

¿Cómo podemos desacelerar el envejecimiento?

Cada vez que nosotros estamos viviendo fuera de nuestro eje, por encima de nuestra capacidad energética natural, estamos acelerando nuestro envejecimiento celular. Por ejemplo, viene una persona con cansancio crónico, uno de los grandes motivos de consulta; sin dudas esa persona está desatendiendo los llamados de su biología natural hace tiempo. Capaz está haciendo más de lo que puede, exigiéndose de más -algo muy común hoy en día- comiendo mal, apurada, durmiendo mal, sin hacer ejercicio, entre otras cosas. Entonces cuando uno se empieza a alejar de las capacidades naturales de su cuerpo, después ya no sabe cómo volver. 

Hay una cantidad de cosas que uno puede hacer para ordenar su vida y desacelerar su envejecimiento. En la medida en que mejore el funcionamiento general y se logre revertir cualquier sintomatología o desorden crónico, ya se está actuando sobre un desaceleramiento, porque lo que más acelera el envejecimiento son todos los desórdenes crónicos de salud. Cuando se encuentra el eje, es cuando potenciamos todas las capacidades para lograr una súper salud. Tiene un impacto enorme en la gente. Implica salirse de ese estado defensivo en el que uno vive para vivir en un estado creativo, de potenciación.

 

Podés leer más sobre estos temas en el blog Mamás Reales.

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