La candidata a la presidencia por el correísmo en las elecciones del próximo domingo asegura que combatir el tráfico de drogas será una de sus prioridades si llega al gobierno
Por Paola López y David Salazar
Para devolverle la paz a uno de los países más violentos de América, la candidata presidencial Luisa González sólo encuentra una fórmula: el regreso al poder en Ecuador de las fuerzas socialistas del exmandatario Rafael Correa, su mentor político.
Abogada de 45 años, maratonista, ciclista y amante de los tatuajes, se presenta a las elecciones para defender el legado de Correa.
En 2017, cuando terminó sus 10 años de gobierno, el influyente expresidente socialista fue traicionado por su delfín, Lenín Moreno, quien fuera su vicepresidente por seis años. En 2021, apostó por Andrés Arauz, pero perdió ante el actual presidente Guillermo Lasso, quien dio paso a elecciones anticipadas para este domingo, acorralado por un juicio político.
El ganador de estos comicios gobernará hasta 2025.
Tan cercana a Correa que afirma haber llegado a leer sus pensamientos cuando fue una de sus asesoras, González aspira a seguir el legado de su mentor en tiempos en los que Ecuador sufre una violencia sin precedentes a causa del narcotráfico y las pandillas.
Los comicios de este domingo están ensombrecidos por el asesinato a tiros el 9 de agosto del candidato Fernando Villavicencio, un acérrimo opositor del correísmo. Un crimen que le está pasando factura a la única candidata mujer para los comicios.
Seguidores del candidato asesinado denuncian sin pruebas supuestos nexos de Correa con el atentado.
“Nos quisieron atribuir esa muerte a nosotros como partido político, hubo gente que salió y dijo que es culpa del correísmo, cuando los mismos familiares del señor Villavicencio culpan al gobierno”, se queja González en entrevista con la agencia de noticias AFP en Quito.
González asegura que la prioridad de su eventual gobierno será combatir la “gravísima infiltración del narcotráfico” en Ecuador y recuperar los bajos índices de muertes violentas registrados en la administración de Correa, acusado por sus opositores de pactar con las bandas criminales.
En 2016, Ecuador tenía una tasa de seis homicidios por cada 100.000 habitantes, mientras que en 2022 registró el récord de 26.
Analistas estiman que este año cerrará con una tasa de hasta 40 asesinatos por cada 100.000 habitantes.
Favorita en las encuestas, aunque sin el porcentaje de votos suficiente para evitar el balotaje (40%), esta cristiana que dice no temer por su vida y se niega a usar chaleco antibalas fue entrevistada por periodistas de AFP.
–¿Ecuador es un país tomado por el narcotráfico?
–Sí, hay una gravísima infiltración del narcotráfico en el gobierno. Ecuador nunca fue un país exportador de cocaína. Hoy día, el 60% de la droga que ingresa a Europa lo hace por el puerto de Amberes, en Bélgica, y es desde el puerto de Guayaquil. ¿Por qué? Porque no hay una fuerza pública que esté controlando la frontera con Colombia, principal productor de cocaína. El presidente Rafael Correa ya se reunió con el presidente Petro para empezar a trabajar.
–¿Cómo ese país que usted dice que dejó el expresidente Correa se transformó en lo que es ahora?
–Es lamentable, pero cuando usted va a construir una casa le toma meses o años. ¿Cuánto tiempo le toma destruirla? Puede tomarle una hora, dos horas, eso nos hicieron en el Ecuador, generaron desempleo. Cuando aumenta el desempleo, aumenta la delincuencia y la violencia.
–¿Teme por su vida?
–Toda la campaña fue bastante riesgosa. Creo que más temen por mi seguridad los que están en mi entorno. Me quisieron hacer poner chaleco antibalas. Soy una mujer cristiana y creo que la vida y la muerte están en las manos de Dios.
–¿Cómo controlará la violencia en apenas un año y medio de gobierno?
–Lo dije claramente, es muy poco tiempo para solucionar los problemas del país. Todo lo que hicimos en diez años lo destrozaron en dos horas. Yo encuentro un país de rodillas, vamos a empezar a ponerlo de pie. En un año y medio vamos a controlar la seguridad en el país, las cárceles, las fronteras, empezar también a generar salud, empleo, educación y vamos también a reducir con eso la violencia común.
–Una eventual segunda vuelta, ¿será una disputa entre derecha e izquierda?
–Es una disputa entre un país destrozado que nos dejaron y un país de esperanza, de dignidad.
–¿Tendrá independencia con respecto a su mentor Rafael Correa?
–Dije públicamente que uno de mis asesores será Rafael Correa. Más allá que tengas un líder, en un partido político no significa que ese líder va a imponer todo. En la Revoluciona Ciudadana, Rafael Correa nunca impuso nada, todo se decidió por discusiones del buró.
(AFP)
