La reparación del puente sobre Hipólito Yrigoyen y Rambla Euskalerria, que cruza la cañada Malvín y fue iniciada hace diez días, ha causado molestia en vecinos y comerciantes de la zona. Según dicen, el desvío que la IMM dispuso por la calle Mataojo ha afectado considerablemente el tránsito y también la cantidad de ventas de los locales comerciales. Los arreglos, que corren por cuenta de la IMM, ya estaban previstos, según Pablo Inthamoussu, director de Movilidad.
De acuerdo a los vecinos, el puente nunca había sido reparado. El director de Movilidad señaló que esta obra se suma a la que la administración departamental tiene pensado hacer en otros puentes (como el de la avenida Sarmiento) y que son realizadas a través de licitaciones públicas. El motivo de la intervención es que se estaba “rompiendo el sobrepiso de hormigón (del puente), que estaba fisurado y con desprendimientos”, si bien “no había un riesgo de colapso”. El costo total de la obra será de $ 2 millones.
Uno de los vecinos de la zona, que trabaja en un taller, contó a El Observador que hace 10 días, cuando se inició la reparación, fueron funcionarios de la IMM, colocaron los carteles de señalización y cerraron el puente, aunque rápidamente un chofer de un ómnibus que pasaba por la zona se bajó y quitó los carteles, por lo que “empezó a transitar todo el mundo” por el puente como si nada hubiera pasado. “A los tres días volvieron a acomodar los carteles y empezaron a trabajar. Después llovió, sábado y domingo no trabajaron, ayer recién vinieron y pusieron el material”, aclaró.
La obra ha tenido sus impactos en el tránsito de la zona. Según dos vecinos ha complicado el tránsito. "Hay que desviarse un montón para cruzar”, dijo uno de ellos. Esto también fue reafirmado por varios trabajadores que atienden en un súper cerca del puente.
También ha afectado las ventas de los comercios. En el caso del supermercado, han caído los ingresos por un menor ritmo en las ventas: “Y si, la gente tiene que dar toda una vuelta para comprar. Mirá la hora que estamos y no estamos trabajando. Los clientes se quejan porque hay que dar toda la vuelta”, señaló uno de los funcionarios del supermercado.
Un hombre que trabaja en una verdulería muy cerca del puente, también contó que disminuyó la cantidad de gente que va a comprar a su local: “Sí porque tienen que dar toda la vuelta y la gente que pasaba porque estaba de pasada ya no viene a comprar”.
A pesar del deseo de comerciantes y vecinos de que la obra no se prolongue por mucho tiempo, Inthamoussu aclaró que “el plazo de culminación es a mediados de octubre”.
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