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Ingreso de agua salada provoca pesca inaudita en Ciudad de la Costa
Una situación poco habitual en las corrientes del Río de la Plata está provocando que se estén dando condiciones excepcionales para la pesca deportiva en la costa de Canelones, a pocos kilómetros de Montevideo.
Todos los días, cientos de pescadores tiran la caña en las playas de la Ciudad de la Costa, con resultados sorprendentes por la cantidad de presas y por su tamaño.
Algunos de los pescadores se retiran al final de la jornada llevando consigo un cajón repleto de pescados que en ocasiones sobrepasan los cinco kilos, verdaderos gigantes en comparación con el bagre promedio que pica en la zona. Por la tarde, la arena de la playa queda tapizada de anaranjado debido a la acumulación de restos de langostinos usados como carnada.
La situación, que ya lleva un par de semanas, ha llegado a un punto que las autoridades de la Dirección Nacional de Recursos Acuáticos (Dinara) estudian la posibilidad de tomar algunas medidas de protección de las especies afectadas si las corrientes no cambian en las próximas horas.
Según dijo a El Observador, Álvaro Irazoqui, director nacional de Recursos Acuáticos, los departamentos de Oceanografía y de Biología Pesquera de la Dinara han estudiado la situación y encontraron que la explicación del fenómeno está en un ingreso poco habitual de gran cantidad de agua salada.
“Hay una lengua enorme de agua salada que normalmente en esta época no llega a la zona de Lagomar y Solymar. Por un tema de diferentes densidades, el agua salada se concentra debajo del agua dulce, más hacia el suelo, contra la arena. Eso hace que las corvinas y las tamberas se hayan arrimado a la costa. Y son un gran contingente. Cuando este fenómeno cese, cuando el agua salada se retire, los cardúmenes también deberían retirarse”.
Las tamberas son los ejemplares juveniles de la corvina negra, una especie que cuando alcanza su máximo desarrollo sobrepasa con creces el metro de longuitud.
Pescador deportivo de vocación, Leo Sanguinetti llegó varias veces en estos días hasta la Ciudad de la Costa para tirar su caña tras leer comentarios en las redes sociales y grupos de pescadores sobre lo que estaba ocurriendo.
El periodista deportivo no se fue con las manos vacías. “En un día en El Pinar saqué 13 tamberas, lo que es algo inaudito. Otro día saqué tres, pero al lado mío dos muchachos sacaron 21. Y ayer, en Lagomar, saqué cuatro”.
El día que sacó 21 no tenía como llevarlas todas. Una la devolvió al estuario porque era pequeña, otra se la regaló a un guardavida y otra a uno de los muchos curiosos que se detienen a mirar, azorados, como sale un pez detrás del otro. El resto terminó fileteadas para milanesas.
Irazoqui dijo que no sabe cuánto tiempo más durará el fenómeno. “Puede ser un día o una semana. No lo sabemos”.
De todos modos, las autoridades ya están analizando si será necesario tomar alguna medida de protección de estas especies, en especial de la corvina negra: “Lo estamos viendo. Técnicos Dinara han salido a recorrer la zona y a tomar muestras. Si esto sigue, quizás se vaya a tomar una medida de limitación de cantidades que se pueden pescar, e informar de ello a la Prefectura. Esa es una de las medidas que estamos viendo: limitar la cantidad que se puede pescar por caña. Con la corvina negra ya se tomaron medidas anteriormente, cuando no se la permitió pescar cuando van a desovar a la entrada de los arroyos”.
