Mientras la inflación es desde hace semanas un problema, mientras las necesidades de parte de la población se hacen más acuciantes a pesar de que el desempleo cae y las exportaciones suben, el gobierno tuvo que timonear esta semana otro problema que se agiganta en los últimos días: la inseguridad, esa que había sido uno de sus bastiones en el primer tramo del gobierno, y que lo enfrenta ahora a varias preguntas difíciles de responder, cuando ya no tiene la capa protectora de la pandemia.
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