Arabia Saudita fue el primer proveedor de petróleo de China hasta que Rusia invadió Irán y Europa le cerró las puertas al gas y al petróleo proveniente del gobierno de Vladimir Putin. Sin embargo, el gobierno del rey Salman bin Abdulaziz mantiene estrechas relaciones con el gobierno chino.
En ese país petrolero, Riad, cruzada por autopistas y con gigantescos edificios rodeados de desierto, será la ciudad que recibirá al secretario de Estado de los Estados Unidos Antony Blinken en la misma semana que el gobierno de los ayatolas iraníes reabrirán su embajada de Irán.
Blinken viajará a un país cuya diplomacia se abrió mucho. De aliado de Washington, con un poderoso ejército armado por el complejo militar estadounidense, pasó a tener una política exterior de apertura a otros polos de poder. Y no es sólo apertura ideológica, sino también de intereses.
En efecto, Irán y Arabia Saudita son dos naciones exportadoras de petróleo, pero, además, ambas son de religión musulmana. Una con un estado religioso, Irán, y la otra con un régimen monárquico.
No mantenían relaciones diplomáticas después del ataque contra la embajada saudí en Teherán de enero de 2016, realizado en represalia a la ejecución del jeque Nimr al-Nimr, un clérigo chiita, en Riad.
Los vínculos entre ambos países son difíciles por sus distintas interpretaciones del Islam; la política de exportación de petróleo, y las relaciones con los Estados Unidos, que cargó con múltiples sanciones a Irán por su producción de uranio enriquecido y por la distancia que tomó Teherán del llamado mundo occidental.
Ahora, Arabia Saudita retoma sus relaciones con Irán y, además, le muestra a Washington que sus decisiones se toman en Riad y no pensando en los Estados Unidos. En efecto, el Nuevo Banco de Desarrollo de los BRICS (Brasil, Rusia, India, China y Sudáfrica) invitó a la monarquía saudí a sumarse.
No sólo será una evidencia de que ese banco está pensado en un esquema multipolar. Será un socio con miles de millones de dólares, capaz de participar en el financiamiento de obras de infraestructura y de transporte, entre otras cosas, que den más músculo a la política de Beijing de la Iniciativa de la Franja y la Ruta, que va interconectando a un centenar de naciones y cuyo nombre es un tributo a la vieja Ruta de la Seda.
En agosto se llevará a cabo la reunión del banco del BRICS, presidido por la expresidenta brasileña Dilma Rousseff. Será en Pretoria, capital de Sudáfrica, y hasta entonces la Casa Blanca quiere evitar un alejamiento de su socio político y estratégico como lo fue desde hace décadas la monarquía saudí.
Lo inmediato es que la embajada iraní en Arabia Saudita volverá a abrir sus puertas este martes, con lo que se concreta el acercamiento entre ambas potencias rivales tras más de siete años de ruptura, informó el lunes una fuente diplomática en Riad, y lo informa un despacho de la agencia de noticias AFP.
“La reapertura de la embajada iraní será este martes a las 18, hora local (las 12 del mediodía en Montevideo), en presencia del nuevo embajador iraní”, afirmó a la AFP un diplomático con sede en Riad.
Según Iran Daily, el diario anglófono del gobierno, el puesto será ocupado por el diplomático iraní de alto rango Alireza Enayati. Ambas potencias regionales concluyeron en marzo un acuerdo sorpresa, con la mediación de China, que prevé la reapertura de sus respectivas embajadas y la aplicación de acuerdos de cooperación económica y de seguridad que fueron firmados hace 20 años.
Tras un encuentro histórico de sus ministros de Relaciones Exteriores en abril en Beijing, ambos países enviaron delegaciones a Riad y a Teherán para preparar la reapertura de las misiones diplomáticas.
La reconciliación debería ser formalmente acordada con motivo de una próxima visita del presidente iraní, Ebrahim Raisi, a Riad. De su lado, Irán dijo que invitó al rey Salman de Arabia Saudita a visitar Irán.
Desde la Revolución islámica de 1979 en Irán, ambos países tenían una enemistad que se manifestó por las posiciones a veces opuestas sobre temas regionales y el apoyo a campos rivales como en Siria, Líbano o Yemen.