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Jack Ma y las elecciones internas

Más allá del conocimiento que podemos transmitirle a nuestros estudiantes, ninguno de los 28 precandidatos ha hablado de valores, un factor que el fundador de Alibaba destaca
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30 de junio de 2019 a las 05:00

Jack Ma, el fundador del gigante chino de e commerce, Alibaba, y uno de los más ricos e icónicos empresarios chinos, es conocido de estas columnas. 

Ma tiene, junto con un patrimonio de US$ 36.000 millones que lo hace el segundo hombre más rico de China, el genio empresarial y unos cuantos toques de sabiduría china. Hace poco, en el World Business Forum de Davos dijo que hace años el quería cambiar el mundo. Y que, con el paso de los años, se daba cuenta que para cambiar el mundo hay que empezar por cambiarse a uno mismo y luego a su empresa. Buena filosofía digna de imitación para muchos que alardean de mover el mundo pero son incapaces de corregirse a sí mismos.
Pero no nos asustemos: Jack Ma, aunque multimillonario, es chino. Y no va a competir en las elecciones internas de mañana 30. No será sorpresa, ni outsider, no removerá estructuras partidarias, no moverá las raíces de los árboles, no traerá nueva política, no revitalizará viejos partidos, no fundará nuevos. Pero hay una palabras suyas, también pronunciadas en Davos sobre la educación y el futuro de la educación que merecen ser tenidas en cuenta por aquellos candidatos que quieren dejar su marca en el país y no simplemente mejorar un poco las cosas en materia económica o de seguridad pública (que hacen falta porque estamos con la economía estancada y el desempleo creciente y la seguridad en picada, hasta el punto que un capo mafia se escapa como Perico por su casa de la Cárcel Central y nadie se hace cargo de lo que era y fue “crónica de una fuga anunciada”).

Ma, como buen chino, tiene mirada de largo plazo. No mira la elecciones internas, ni las nuestras ni las chinas. Ni siquiera sé si le interesa la política. Lo más probable es que no porque en China no puede votar. Pero de las cosas que dice buena cuenta podrían sacar nuestros candidatos en el vital campo de la educación.

Jack Ma dijo en Davos que fue profesor universitario de inglés por 6 años antes de dedicarse a los negocios. Y dijo que si no cambiamos la forma de enseñar en 30 años estaremos en grandes problemas. Él enseñó lo que estaba en los libros pero se dijo: ¿Qué pasaría si voy por el mundo y dentro de 10 años vuelvo a enseñar? Lo que estamos enseñando a nuestros hijos son cosas que se conocen desde hace 200 años; están basadas en el conocimiento. Tenemos que enseñar a nuestros hijos cosas que las máquinas no puedan hacer porque las harán mejor que nosotros. Y cuando le preguntaron cuáles son las cosas que podemos enseñar que no pueden hacer las máquinas o robots, Ma respondió con gran pragmatismo: valores, creencias, pensamiento independiente, trabajo en equipo, cuidar a los demás. Según Ma, el conocimiento no nos da ninguna de esas habilidades que son fundamentales e inimitables por un robot. Por eso propone hacer foco en los deportes, la música, la pintura y arte. Cosas que las máquinas no puedan hacer mejor que nosotros. 

Conviene detenerse por un momento en las cosas que Ma señala como fundamentales para la educación: valores, creencias, pensamiento independiente, trabajo en equipo, cuidar de los demás.

¿Cuántos de nuestros precandidatos –y son 28– están pensando de forma tan profunda y radical en la educación de nuestros hijos? Se oye muy poco hablar de “valores”, una palabra que parece haber pasado de moda y expulsada de nuestras escuelas y liceos. Estamos en una época en que la educación pasa más por acumular conocimientos y ni siquiera en eso somos buenos porque un 50% de los estudiantes no termina liceo. Si no podemos ni transmitir conocimiento de hace 200 años, ¿cómo nos vamos a poner a transmitir valores de la cultura del trabajo, del esfuerzo para progresar, del ser buen ciudadano y un buen vecino, etc?

¿A cuántos les interesa difundir creencias (no necesariamente religiosas) o permitir que se difundan las que los padres quieran? A muy pocos.

¿Fomentar el pensamiento independiente? Todo el esquema educativo va a difundir un pensamiento único, donde la libertad de cátedra y la posibilidad  de presentar visiones alternativas a la “versión oficial” que prepara la ANEP es muy limitada y a veces hasta peligrosa.

De fomentar el trabajo en equipo o de cuidar de los demás, mejor ni hablemos. Todo se rige por un individualismo feroz, y si se quiere salir de él solo se permite ir a un comunitarismo donde el individuo pierde su identidad y es absorbido por el grupo.

De modo que ya sea para las internas, para las nacionales o para el balotaje, estaría bueno que los candidatos y sus asesores se vayan haciendo estas preguntas fundamentales sobre la educación, tanto la actual que es decadente, como la futura, de la cual no sabemos mucho, solo que promete seguir los pasos de la actual si es que nada se hace o si solo se buscan mejoras marginales de gestión. La reforma que plantea Ma es mucho más profunda y hay que atreverse a recoger el guante.

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