Joe Biden y el aumento de la inmigración indocumentada: ¿una amenaza para su reelección?

Cambio radical

El presidente Biden reconoce que el aumento de la inmigración indocumentada durante su mandato representa una amenaza para su reelección. Está consciente de que la mayoría de los votantes, así como los alcaldes y gobernadores, están descontentos con esta situación, que a menudo es costosa y caótica, como se discutió en un reciente artículo del Times sobre Denver.

Biden y su equipo han establecido una estrategia para reducir su vulnerabilidad política al respecto. Planea recordar a los votantes que los republicanos del Congreso bloquearon recientemente un proyecto de ley bipartidista destinado a fortalecer la seguridad fronteriza. Aunque muchos republicanos respaldaban las políticas del proyecto de ley, lo rechazaron por influencia de Donald Trump, evitando así resolver un problema que ha perjudicado políticamente a Biden.

Dada la clara tendencia partidista en la decisión de los republicanos, es comprensible que Biden destaque este punto durante su campaña. Sin embargo, sería sorprendente que pudiera eliminar por completo su vulnerabilidad en el tema de la inmigración simplemente criticando la intransigencia republicana.

En última instancia, como presidente, Biden posee un poder significativo para influir en la política de inmigración incluso sin necesidad de aprobar nuevas leyes. Biden ha adoptado una postura decidida al ejercer esta autoridad, priorizando la flexibilización de la política migratoria en lugar de adoptar medidas más restrictivas. Durante los primeros meses de su mandato, amplió las opciones de asilo y detuvo las deportaciones. Además, expandió una política conocida como libertad condicional, que según la ley debería aplicarse de manera selectiva, permitiendo la admisión de más de 300,000 personas el año pasado.

Estas acciones, junto con el tono acogedor de Biden durante su campaña de 2020, han contribuido al incremento de la migración. Expertos como John Judis, en un reciente artículo de opinión en el Times, y David Ignatius, en una columna del Washington Post, han detallado cómo estos cambios han transmitido a los inmigrantes la percepción de que tienen mayores oportunidades de ingresar y permanecer en Estados Unidos.

En algunas ocasiones, los funcionarios de la administración Biden han intentado minimizar o incluso negar que sus políticas hayan contribuido al aumento de la migración. No obstante, las recientes acciones de estos funcionarios sugieren que es posible que no crean realmente en sus propias negaciones.

La señal más evidente de esto es que la administración está contemplando actualmente políticas que revertirían parte de la flexibilización inicial de las normas de inmigración. Una de estas políticas propuestas sería restringir la capacidad de las personas para solicitar asilo si primero cruzaron legalmente a Estados Unidos, en lugar de seguir el procedimiento establecido.

Impacto presidencial el políticas de inmigración

En primer lugar, la reciente historia indica que las políticas de inmigración implementadas por un presidente tienen un impacto significativo.

La migración experimentó un aumento tras la asunción de Biden al cargo, pero disminuyó cuando se pusieron en práctica políticas más moderadas para limitar la inmigración indocumentada. Por ejemplo, después de que la administración Biden persuadió a México para que reforzara sus propias leyes de inmigración en diciembre, el número de personas que cruzaron ilegalmente la frontera sur disminuyó en un 50% en enero.

Estos cambios en las políticas tienen efectos tanto directos como indirectos en la migración. Cuando los migrantes perciben que es poco probable que puedan ingresar y permanecer en el país de destino, son menos propensos a intentarlo.

En segundo lugar, si Biden decide tomar medidas para restringir la migración, es probable que enfrente desafíos legales por parte de los defensores de una política de inmigración más abierta, quienes podrían impugnar sus acciones en los tribunales.

Muchos de estos defensores creen que Estados Unidos, como país rico, tiene la obligación moral de admitir inmigrantes de países más pobres incluso si no tienen permiso legal para ingresar.

Los resultados de estas impugnaciones legales serían inciertos, pero hay motivos para creer que al menos algunas de las acciones de Biden se mantendrían. La Corte Suprema, al confirmar algunas restricciones de inmigración de Trump en 2018, dictaminó que la ley de 1952 "irradia deferencia hacia el presidente en cada cláusula".

Incluso si los jueces bloquean algunas medidas, el anuncio inicial de las políticas aún podría frenar la migración al indicarle a la gente que la administración Biden se ha tomado más en serio la seguridad fronteriza.

La importancia de las políticas aprobadas por el Congreso

La relevancia de las políticas aprobadas por el Congreso no puede ser subestimada.

El proyecto de ley bipartidista que fue bloqueado por los republicanos habría asignado fondos para contratar agentes fronterizos y jueces de inmigración, entre otras medidas. Estos recursos habrían facilitado al gobierno la evaluación más ágil de las solicitudes de asilo y la capacidad de rechazar a los solicitantes sin fundamentos sólidos. Sin estos recursos adicionales, es probable que más inmigrantes permanezcan en Estados Unidos durante largos períodos, mientras sus casos avanzan lentamente a través del sistema judicial.

En resumen, Biden posee la capacidad de reducir los niveles extremadamente altos de migración de los últimos tres años. Sin embargo, es evidente que hasta el momento ha mostrado una relativa inacción al respecto. Además, es indudable que una solución duradera a los problemas de inmigración del país dependerá en gran medida de la aprobación de legislación por parte del Congreso.