La adrenalina de los nuevos comienzos

Es día de Pícnic!, el de hoy en una semana especial en la que muchos se van de vacaciones, otros descansan en casa y casi todos podemos volver a festejar una reunión familiar querida como son las Pascuas. De alguna manera es un nuevo comienzo y de eso te quiero hablar, de los nuevos comienzos a los que tantas veces no nos animamos, porque son difíciles -convengamos- pero pueden ser tanto más gratificantes. La semana pasada te conté que estaba encantada con la nueva serie Julia de HBO Max, que recorre parte de la vida de la gran Julia Child, LA cocinera por antonomasia en Estados Unidos, que desde los 60 y en adelante enseñó a cocinar a generaciones con métodos sencillos, con risas despampanantes, con metidas de pata en la televisión pero, sobre todo, con mucha autenticidad.
 
Elijo hoy hablar de Julia porque su éxito popular derivó de un nuevo comienzo que ella parecía no imaginar, pero que seguramente siempre guardó como una esperanza inconsciente. Julia tenía una vida acomodada: una familia con dinero, un esposo diplomático que la adoraba y con quien se había casado a los 40 y pico de años, una curiosidad y tozudez admirable que la llevó a salvar el examen de Le Cordon Bleu, icono francés de la buena cocina dominado por hombres. Luego escribió un libro que hasta el día de hoy es un clásico (lo tengo y lo amo). A los 50 y tantos años parecía que lo había hecho todo. A su vuelta a Estados Unidos, instalada en su confortable casa de Cambridge, se despertó una noche empapada en sudor. Fue al médico algo preocupada y él le dijo que era "la menopausia, señora” y la despachó sin muchas más explicaciones.

• Bienestar
• Gastronomía
• tendencias
• Cultura
• picnic
• Member