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La Armada rusa incorporó a su flota el submarino más grande del mundo
La Marina rusa ha tomado posesión del submarino K-239 Belgorod, construido en los astilleros Sevmash con el doble propósito de realizar misiones bélicas y de investigación científica subacuática. La nave de 180 metros de eslora desplaza 24.000 toneladas y alberga dos reactores nucleares para su propulsión.
El Belgorod -desarrollado a partir del diseño de los submarinos de la clase Oscar II- es la nave subacuática más grande construido hasta el momento, sobrepasando incluso la eslora de la clase Typhoon de la era soviética. Su capacidad nuclear consiste en seis torpedos Poseidón Status 6 multipropósito propulsados por energía nuclear y armados con cabezas nucleares con hasta 100 megatones de capacidad destructiva.
Los torpedos Poseidón tienen un alcance de hasta cinco mil millas a una velocidad de entre 50 y 100 nudos (90 a 180 kms/h) acercarse a las áreas costeras enemigas y detonar sus cabezas nucleares con el objetivo de cubrir amplias franjas con partículas radioactivas. La operación submarina de este armamento dificultaría mucho su detección e intercepción por las defensas antimisiles.
Además de los torpedos Poseidón, el Belgorod puede albergar una variedad de vehículos submarinos no tripulados para misiones en la profundidad del mar, operaciones de búsqueda y rescate e investigación científica.
Las capacidades de la nueva nave incluyen también la posibilidad de interceptar e interferir el tráfico de comunicaciones que se realizan entre continentes por medio de cables submarinos. Se cree que este tipo de misiones se realizarían mediante el submarino espía de aguas profundas Losharik que, si bien sería transportado en el Belgorod, su actividad reportaría directamente a la Dirección general de investigaciones de aguas profundas que depende directamente de la GRU, la inteligencia militar rusa. De acuerdo a fuentes de la OTAN, las actividades submarinas rusas en áreas cercanas a la ubicación de los cables submarinos se han incrementado significativamente en los últimos años.
Además de su capacidad militar, el astillero constructor ha puntualizado otras características del Belgorod como ayudar a resolver muchos problemas científicos, realizar tareas de búsqueda y rescate e incluso ser el transporte de vehículos submarinos no tripulados.
Publicaciones especializadas y analistas militares estiman que el Belgorod será desplegado probablemente en el área del Pacífico, lo que podría constituir una seria amenaza a las bases navales y las grandes ciudades de la costa Oeste de los Estados Unidos. Las preocupaciones sobre la nueva arma de la marina rusa se suman a las ya existentes sobre la presencia en aguas del Norte de Europa de una nueva generación de submarinos de asalto armados con misiles crucero de largo alcance capaces de impactar en las capitales europeas.
El valor militar de las armas submarinas ya ha sido demostrado en la guerra de Ucrania por el uso de misiles Kalibr disparados desde el Mar Negro.
