La Armada se suma a las tareas de búsqueda del cuerpo de Micaela Onrrubio

El día que Micaela desapareció hubo testigos que a esa hora escucharon una discusión dentro de un auto, en donde estaban la víctima de 30 años, y el principal sospechoso del crimen, quien era su pareja desde fines del año pasado. Luego oyeron disparos, vieron como huía el auto a toda velocidad, y llamaron a la policía. No apareció el cuerpo, pero sí prendas de ella ensangrentadas, además de manchas de sangre dentro del vehículo que fue incautado.

Leé también

Encontraron ropa del presunto asesino de Micaela Onrrubio

El hombre fue imputado de inmediato por el delito de homicidio especialmente agravado en su modalidad de femicidio, pero mantiene que es inocente y no ha brindado información alguna. 

Desde entonces la policía y vecinos de la zona buscan el cuerpo de la joven. El pasado sábado, a pedido de la familia, ya se habían sumado a las tareas de búsqueda unos 150 efectivos del Ejército, sin embargo estos tampoco pudieron dar con indicios del paradero de la mujer.

El lunes vecinos de Ciudad Rodríguez que vivían cerca del domicilio del presunto asesino de Micaela Onrrubio encontraron ropa del imputado tirada en el fondo de una vivienda lindera. La fiscal del caso, Reneé Primicieri, dispuso que se le hagan pericias a esas prendas.

La esperanza de la familia es que con la participación de la Armada en las tareas de búsqueda se pueda ampliar el rengo de rastrillaje, especialmente en ríos y arroyos que hasta ahora no fueron totalmente inspeccionados.

¿Un homicidio sin cuerpo?

 Más allá de si el cuerpo de Micaela Onrrubio aparece o no, la fiscal Primicieri dijo a El Observador que confía en que las pruebas que ha recolectado –como la sangre en un pantalón de la víctima encontrado en un decampado y en el auto donde se subió con el sospechoso minutos antes de desaparecer– son suficientes para llevar al principal sospechoso a juicio oral. De hecho,  citó el caso de cuatro años atrás que el comunicado de la SCJ recuerda para probar la tesis de que hay asesinatos que se resuelven sin cuerpo y arma: el de un financista que había desaparecido y por el cual fue condenado un herrero con el que "intercambiaba cheques".

Leé también

Padre de Onrrubio evalúa hablar con el imputado: "Capaz que se le afloja el corazón"

Uno de los ministros del Tribunal de Apelaciones que confirmó la imputación de aquel caso, Luis Alberto Bouza, escribió lo siguiente para fundamentar el fallo:

"Las opiniones emitidas pueden clasificarse en dos grupos: los que siguen un criterio objetivo, material o realista, y entienden por cuerpo del delito la cosa en que o con que se ha cometido o realizado el delito, o en el cual existen las señales de él, como el cadáver, el arma con que se hirió, la llave falsa, etc.; y quienes postulan un criterio ideológico y racionalista, concibiéndole como aspecto abstracto del delito, ya que no significa otra cosa que su ejecución, su existencia, la realidad del delito mismo, por lo que, en puridad, no es más que el hecho punible", sostuvo el magistrado, y agregó: "Los primeros incurren en el error señalado de confundir el cuerpo del delito con su prueba, pues para tener por cierta la existencia de un hecho punible no es imprescindible la presencia del objeto en que recayó la acción, así como la del objeto con que pudo haberse ejecutado”,

Al tanto de ese antecedente, Primicieri opinó que "se resolvió con mucho menos prueba científica" de la que ella dispone hoy. "Casi no había y sin embargo se confirmó la imputación", dijo la fiscal, que recordó que por ley dispone de un año para llevar adelante el juicio y que además espera contar con más pruebas, como nuevas declaraciones de testigos.