La famosa casa más solitaria del mundo se encuentra en la Isla desierta de Elliðaey en Islandia, a la que se puede acceder en ferry o barco desde Islandia: es la casa perfecta para todo introvertido que desee vivir sin vecinos y acompañado solamente del sonido de las olas chocando contra las costas y laderas de la isla.
La casa, y la isla, están completamente recluidas y alejadas de toda actividad humana, tan sólo gobernada por fuertes vientos y los sonidos del océano. Es el lugar ideal para prender un fogón que combata el frío de la zona, preparar una taza de café y sentarse a leer un buen libro.
A lo largo de los siglos 18 y 19, la exclusiva y recluida casa, situada en el punto más al noreste del archipiélago de Vestmannaeyjar, completamente expuesto a los elementos de la naturaleza, fue el hogar de un puñado de familias.
Cuenta la leyenda que hace aproximadamente 300 años, cinco familias vivían en esta isla y sobrevivían mediante la cría de ganado, la caza y la pesca: las últimas personas que vivieron allí abandonaron la isla en la década de 1930. Desde entonces, la isla está desierta, y la única casa que existe allí ahora es la más solitaria del mundo.
La Asociación de Caza Elliðaey había construido la casa en la isla: hoy en día, no tiene electricidad, agua corriente ni fontanería interior. Sin embargo, todavía es de propiedad privada y está operada por la Asociación de Caza.
La actividad de caza en la isla sigue siendo alta. En ella abundan los Frailecillos, una especie de ave que está en peligro de extinción pero que, a pesar de esto, no está protegida por el gobierno islandés: durante el 2019, el medio The Independent informó que los cazadores estaban matando hasta 100 frailecillos a la vez en giras organizadas por la nación nórdica, con algunos viajes que costaban hasta US$ 5.000.
A lo largo de los años, la casa ha suscitado muchos rumores y teorías extrañas: uno de ellos dice que la casa fue construida por un excéntrico multimillonario que planeaba retirarse a Elliðaey en caso de un apocalipsis zombie.
Otros rumores sugieren que era la propiedad de un ermitaño y fanático religioso. Incluso se especuló en un momento que la cantante Bjork era dueña de la extraña casa y estaba en negociaciones con el gobierno para comprar la isla.
La isla también está catalogada como reserva natural y área protegida, ya que es una importante zona de anidación de petreles de tormenta y otras aves marinas. Muchas compañías de tours ofrecen excursiones de un día para los turistas que desean disfrutar de las espectaculares vistas que ofrece el lugar.
Se puede llegar a la Isla de Elliðaey en barco desde el lado continental de Islandia: se puede llegar a la isla en un barco desde la isla principal de Heimaey, por ejemplo. Sin embargo, todavía no está permitido hospedarse ni quedarse en la isla.
Pueden quedarse allí solo aquellas personas que sean miembro de la Asociación de Caza de Ellidaey. Pero incluso sin poder hospedarse por la noche, una visita a la isla por sí sola es una experiencia en sí misma que vale la pena tener.
El Cronista-Diario Financiero
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