El empresario Hugh Hefner se murió el 27 de setiembre de 2017 y dejó un imperio sin rey simbólico. Dentro de ese legado semi descabezado quedó la fortaleza de lujuria y batas rojas donde el millonario cabecilla de Playboy pasó sus últimas décadas: la Mansión Playboy. La finca californiana se inauguró en 1927, fue adquirida por Hefner en 1971 y hoy, a casi un año de la muerte de su dueño, sus secretos y particularidades fueron revelados.
En una entrevista con Fox News, Christie Hefner, la hija de 65 años del dueño de Playboy, contó cómo se manejaba el negocio desde allí –del que fue parte por 26 años–, cómo le gustaba visitar la casa y cómo esta había influido en su familia.
"Lo que la hacía mágica es que tenía una puerta falsa. Tenía un panel secreto, y una sala para jugar donde estaban todos los juegos posibles. Había una barra de bomberos. Era un sitio realmente genial si eras un niño. Tenía un bowling y una piscina subterránea", especificó Christie Hefner. Según ella, a su padre le encantaba jugar a juegos de mesa como el Monopoly, el backgammon y el pimball. "No era muy aficionado al deporte pero si era un jugador competitivo", agregó.
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Heredera –junto a sus tres hermanos varones– del imperio Playboy, Christie Hefner se refirió a las críticas frecuentes contra la revista sobre la exposición del cuerpo femenino. "El punto de vista de la revista siempre fue que las mujeres debían ser respetadas. Eso no significa que no sean bellas o que no deban ser admiradas. Creo que es un mundo en el que tanto hombres como mujeres quieren vivir".
En la entrevista también recordó a su padre como un activo defensor de la comunidad LGBT, a pesar de dirigir una publicación con claro contenido para hombre heterosexuales. "Hablamos de una revista para hombres heterosexuales, obviamente. (...) Pero podría haber sido muy fácil ignorar el asunto o, francamente, hacer lo que muchos medios hicieron durante años, que fue tener una actitud de burla para con los derechos de los homosexuales. Muy temprano, y por las creencias de mi padre, Playboy tomó una actitud completamente diferente. La revista era un lugar en el que estar a salvo", dijo.