La directora del Museo Casapueblo de Punta Ballena, María Dezuliani, reclama tres obras del fallecido artista uruguayo Carlos Páez Vilaró (1923-2014) que le fueron confiscadas en la aduana de Gualeguaychú, cuando intentaba trasladarlas a su casa en Uruguay.
"Estuve estos días en
Argentina ocupándome del tema y estoy esperando novedades. Yo me hago responsable porque no saqué los permisos que tenía que haber sacado para traer las obras a Uruguay. Fue una irresponsabilidad", dijo hoy Dezuliani.
Según esta, los acrílicos sobre tela
Reflexión, La misteriosa divina del río y Teresa y sus dos gatos, fueron un obsequio de Vilaró para ella antes de fallecer y aseguró que dispone de todos los papeles y la documentación necesaria para acreditar que le pertenecen.
Los hechos ocurrieron el pasado 24 de junio, cuando Dezuliani quiso trasladar las tres obras, enrolladas, desde Argentina hasta su casa en
Punta del Este, a unos 13 kilómetros de Punta Ballena, donde dirige el Museo Casapueblo.
El precio de cruzar arte
En un control aduanero rutinario en Gualeguaychú, las autoridades argentinas confiscaron los lienzos debido a que la mujer no realizó los trámites establecidos por la ley argentina para la "libre circulación de obras de arte", según explicó Dezuliani.
La directora del museo indicó que los cuadros se encuentran actualmente en un "depósito en Argentina" y mostró su preocupación por las condiciones del lugar para la correcta conservación de las obras, motivo por el que indicó que quiere "retirar los cuadros lo antes posible".
Según difundió la Administración Federal de Ingresos Públicos (AFIP) de Argentina en un comunicado, Teresa y sus dos gatos está valorada en US$ 45 mil, La divina del río está tasada en US$ 40 mil y Reflexión, en US$ 35 mil.Dezuliani subrayó que trabajó "durante muchísimos años" al lado de Páez Vilaró y que incluso presenció la elaboración de las obras confiscadas, creadas entre 2010 y 2012, y por las que ya ha iniciado los trámites pertinentes para poder recuperarlas.
"Detención, robo y contrabando"
Esta mujer, de nacionalidad argentina y de 43 años, aseguró que vivió "una crisis terrible" debido a, en su opinión, "la mala información" que fue publicada en algunos medios de comunicación "amarillistas" que "utilizaron palabras como detención, robo y
contrabando".
En este sentido, ella se defiende argumentando que no cometió "ningún delito" y que simplemente estaba "trasladando bienes personales" y que en "ningún momento" se sintió maltratada por las autoridades argentinas.
Hasta la fecha, Dezuliani no ha recibido ninguna notificación oficial sobre el asunto y sigue lamentándose por no haber tramitado los papeles necesarios con el Ministerio de Cultura de Argentina, un proceso "muy sencillo" que hubiera demorado en torno a 10 días y que le habría "ahorrado" este calvario, destacó.