Fútbol > EL TAPADO DE LA FECHA
La historia de Sergio Felipe: abandonó el fútbol por un accidente de su hermano y volvió cinco años después
Por Marcos Lacaze
twitter.com/MLacaze
Una noche de febrero, con aroma a Carnaval, fue el escenario del quiebre más importante que tuvo Sergio Felipe en su vida. Las Llamadas se hacían sentir en Isla de Flores, cuando el actual lateral de Danubio y su hermano, Michel, decidieron jugar a las "misiones" por encima de los techos de una fábrica ubicada en Isla de Flores y Yaguarón. Sus 12 y 11 años, respectivamente, les daban en su barrio natal una libertad absoluta para moverse con picardía. Pero en esa aventura algo falló. La misión tuvo un giro inesperado. Su hermano pisó una chapa y se cayó. En ese momento se detuvo el tiempo y los tambores parecían sonar con otra intensidad.
"Estábamos jugando en los palcos de las Llamadas. Teníamos que cumplir una misión, un juego de niños. Hasta que mi hermano pisó una chapa en el techo de la fábrica y se cayó desde 15 metros de altura", recuerda Felipe.
Michel tuvo una fractura de cráneo que lo dejó dos semanas en coma, en el CTI, hecho que llevó a Sergio a tomar una decisión muy importante: no jugar más al fútbol hasta que se recuperara. Y así fue. La carrera juvenil de aquel delantero con gol, que había comenzado a los seis años en el Estrella del Sur y recalado en Liverpool, para las categorías de AUFI, tuvo un freno instantáneo y abrupto.
"Me sentía culpable, porque yo era el mayor y estaba jugando con él. En el momento no pude hacer nada. Ahora él no se acuerda de lo que pasó, pero yo de todo", aseguró Sergio, quien narra el momento con mucha emoción.
Sus amigos no lo dejaron caer y enseguida le pidieron que por lo menos volviera a jugar al fútbol en un equipo de barrio. Y lo hizo. La Makina del Sur, de la Aduana, fue el equipo que le abrió las puertas en la zaga. Sergio se comenzó a hacer fuerte y aprendió a defenderse, así como lo hacía con Michel cuando eran niños.
Pasaron cinco años y su hermano obtuvo el alta definitiva: "Ahí me fui a probar a Nacional, pero no quedé. Enseguida me llevaron a Danubio y por suerte me abrieron las puertas".
Fueron tres las temporadas que tuvo Sergio para mostrarse en el equipo franjeado, hasta que llegó a la Tercera División y Eduardo Acevedo, técnico en aquel entonces del primer equipo, sugirió dejarlo libre ya que le parecía un zaguero con una baja estatura para su puesto.
"Se me vino el mundo abajo en ese momento. Ahí si no toqué más ni una pelota, no quería nada con el fútbol. Ni en el barrio jugaba con mis amigos", comentó.
Pero nuevamente sus amigos tuvieron mucho que ver y lo volvieron a levantar. Uno de ellos lo llevó a probarse a La Luz y tras quedar tuvo seis meses maravillosos, que lo llevaron a destacarse para ser fichado por El Tanque Sisley.
"Mathías Acuña, el actual jugador de Fénix, que también es de Barrio Sur, me dijo que precisaban un zaguero y allá me fui a probar", recuerda Sergio, quien volvió a tocar una pelota y también el tambor, hobbie que tenía desde sus 15 años y que le dio la posibilidad de desfilar en las Llamadas y de concursar en el Teatro de Verano en C1080.
"Recuerdo que con Cuareim ganamos un año", dijo el jugador tras triunfar en la vida.
Estaba de nuevo en el rodaje del fútbol y siendo feliz en su barrio, tocando el chico por la calle que vio caer a su hermano, quien hoy "tiene un acrílico en la zona del accidente, pero está mucho mejor que todos nosotros".
El deporte le dio revancha y aquella promesa fue el inicio de una historia que tuvo el fin de semana pasado, un momento único que tampoco va a olvidar.
Luego de pasar por Villa Española y Sud América, tuvo la chance de regresar al equipo que lo había dejado libre y la gran victoria de su carrera: convertir un gol para el triunfo de Danubio frente al Defensor Sporting de Eduardo Acevedo, el DT que en 2011 no lo quiso.
