El proyecto de las Nuevas Rutas de la Seda inaugurado por Xi Jinping hace una década convirtieron a China en el mayor acreedor del mundo, con préstamos concedidos a más de 150 países que suman más de US$ 1.1 billones
El gobierno chino informó que más de 150 países, desde Uruguay a Sri Lanka participan en el plan de infraestructuras de las nuevas Rutas de la Seda o Iniciativa de la Franja y la Ruta como suele llamarse a la estrategia de desarrollo de infraestructura global y cooperación internacional impulsada por la República Popular China.
El presiden Xi Jinping, durante una visita oficial a Kazajistán en septiembre de 2013, propuso un nuevo concepto para las relaciones internacionales basado en la idea de “negociar, construir y compartir juntos”, a partir del libre comercio entre naciones, “con el fin de crear un orden basado en la prosperidad y la estabilidad”.
En ese momento tomó la analogía del modelo de relaciones establecidas entre Oriente y Occidente en la era de la histórica Ruta de la Seda. Los analistas y decisores internacionales no sabían la magnitud que podía tomar ese lanzamiento de Xi hace una década desde un país extenso pero poco poblado: tiene una dimensión equivalente a la Argentina -2.700 mil km2- pero menos de la mitad de su población -20 millones de habitantes-.
Sin embargo, los kazajos hablan en ruso, su país es limítrofe con Rusia y China, tiene una fuerte industria petroquímica y, por sobre todas las cosas, es el principal productor de uranio del mundo.
Desde aquel lanzamiento, China otorgó créditos multimillonarios para financiar la construcción de puentes, puertos, ferrocarriles y autopistas en países pobres y de renta media de todos los continentes del planeta salvo la Antártida.
"Beijing está desempeñando un papel hasta ahora desconocido" y se ha convertido "en el mayor acreedor oficial de deuda del mundo", afirmaron los autores del informe realizado por AidData, un instituto de investigación del College of William and Mary de Virginia, en Estados Unidos a la agencia AFP.
Según AidData la deuda total pendiente de los prestatarios del mundo en desarrollo con China asciende al menos a U$S 1,1 billones. Eso incluye solo el capital neto, no los intereses que generan esos créditos.
Este centro de estudios "estima que un 80% de esta cartera de préstamos en el extranjero concedidos por China al mundo en desarrollo está en países en dificultades financieras".
La cartera de créditos con el banco chino institucional Eximbank suma 2,2 billones de yuanes (equivalente a US$ 307.400 millones), según un informe del gobierno de Beijing difundido en octubre.
En paralelo al informe de este centro de estudios, en Shanghái se lleva a cabo la Sexta Conferencia Internacional de Exportación e Importación que cuenta con stands de más de 100 naciones en los que se promueven las ventas al gigante asiático y se estudian las compras. Cabe destacar que el coeficiente de productos de alta tecnología de origen chino crece de forma sostenida.
Aunque el crecimiento de China lo llevó a ser la segunda potencia tras Estados Unidos, los datos entre las dos naciones muestran las grandes diferencias que hay entre ambas, tanto en población, en PIB como en PIB per cápita.
El PIB 2022 de China fue de unos U$S 18 billones con un crecimiento interanual del 3%, bajo para el país porque mantuvo las barreras del Covid-19 por mucho más tiempo que la mayoría de los países. Su PIB per cápita fue de unos US$ 12.500. El país tiene alrededor de 1.400.000 millones de habitantes.
Estados Unidos tuvo un PIB per cápita de U$S 76.000, un PIB total U$S 25 billones y un crecimiento interanual de 1,9 entre 2021 y 2022. La población del país se estima en 340 millones de habitantes.
Son economías muy distintas pero la estrategia china de la Franja y la Ruta no solo está concebida para el armado de las logísticas y las redes para el comercio y el abastecimiento del país asiático sino también para competir en el largo plazo con la hegemonía económica, tecnológica, financiera y comercial del planeta.
Entre tanto, esta propuesta le permite a Beijing tener relaciones con 150 naciones, aumentar el flujo comercial y, como afirma AidData, convertirse "en el mayor acreedor oficial de deuda del mundo".
La Iniciativa de la Franja y la Ruta es parte de la Constitución de China desde 2017, y ya es el proyecto de infraestructura e inversión más grande de la historia. En paralelo a su crecimiento, China se convirtió en superavitario en todas las relaciones comerciales con países o grupos de países con los que tiene una competencia geopolítica abierta, especialmente Estados Unidos y la Unión Europea.
El avance comercial y financiero chino se da a la par de un fuerte crecimiento de la tecnología, de las inversiones de los países desarrollados en la propia China y de un coeficiente menor de inversión en Defensa que Estados Unidos.
Washington invirtió en 2022 la suma de US$ 877 miles de millones en Defensa, correspondiente al 3,5% del PIB. Beijing, por su parte, gastó US$ 292 miles de millones -es decir, una proporción 2,5 menor-, correspondiente al 1,6 del PIB.
(Con información de agencias)