Acto del Obelisco

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La inquietante ausencia de Cabildo en el Obelisco y los belicosos senadores blancos

Resultan inexplicables las razones esgrimidas por los cabildantes y por los senadores blancos Bianchi y Da Silva para faltar al recuerdo del acto en el Obelisco
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04 de diciembre de 2023 a las 05:00

Cada uno de los que estuvimos aquel 27 de noviembre de 1983 en el Obelisco tiene su propio recuerdo de lo que fue un jalón simbólico y fundamental en el camino de retorno a la democracia. Muchos de los que faltaron, aprendieron a quererlo como un episodio entrañable, una marca de fe democrática muy diferente a la que expedía la dictadura en sus tenebrosos permisos.

Cuarenta años después, la ausencia de casi toda la dirigencia de Cabildo Abierto,  y de dos senadores nacionalistas, en el acto de este lunes en el que se recordó aquel acontecimiento es, por distintas razones, muy preocupante. Esa actitud contrastó con la de la mayor parte de los sectores políticos y de dirigentes de peso como el propio presidente nacionalista Luis Lacalle Pou y los exmandatarios José Mujica (Frente Amplio) y Julio Sanguinetti (Partido Colorado).

Las razones de los blancos Graciela Bianchi y Sebastián Da Silva para su ausencia es inexplicable para dirigentes con años de trayectoria, en el caso de Da Silva, y con la responsabilidad de ser la tercera en la línea de sucesión presidencial, en el caso de Bianchi.

Asiduos concurrentes a las redes sociales donde expresan su pirotecnia verbal y se presentan como las espadas más afiladas del oficialismo, a los senadores se les fue la mano y, con la excusa de un enojo extremo, prefirieron la confrontación a la concordia en una fecha que les exigía grandeza.

Bianchi y Da Silva se enfurecieron luego de que el intendente de Canelones y precandidato presidencial del Frente Amplio, Yamandú Orsi, comparara lo dicho por el narcotraficante Sebastián Marset en la entrevista que le realizó la periodista de Santo y Seña Patricia Martín -  “no pagué ni un dólar” para obtener el pasaporte en Uruguay- con el relato del gobierno sobre la expedición de ese documento. “Me sorprenden que (la versión de Marset) coincida 100% con el relato del gobierno”, dijo Orsi y la chicana tuvo su efecto. “Pensaba ir (al acto del Obelisco), pero después de estas declaraciones ratifico que con Totalitarios NADA”, tuiteó Bianchi sin explicar qué tiene que ver el totalitarismo con el debate político. “!Es así! Qué vamos a hacer en un mismo estrado”, la apoyó Da Silva montándose al mismo caballo encabritado.

Cuando se intenta ponerle apellidos a la democracia –“democracia plena”, pide Manini- generalmente se termina depreciando su nombre

Es decir, los parlamentarios blancos faltaron a la cita donde líderes y militantes de casi todos los partidos se dieron la mano celebrando aquella manifestación histórica de 1983, solo para mostrar su pueril enojo con un adversario.

La falta de mirada histórica de los senadores blancos, cuya vocación democrática es innegable, resulta, por lo menos, sorprendente.

Si lo de Bianchi y Da Silva es un tanto lamentable, la decisión de Cabildo Abierto de faltar al acto del Obelisco, es una señal peligrosa. El partido liderado por Guido Manini Ríos ya ha dado muestras de que lo ocurrido durante la dictadura no les resulta del todo espantoso, y abogó por la liberación de represores y torturadores a los que considera presos políticos.

Pero la ausencia en el acto del Obelisco y las razones expuestas para faltar a la cita, exponen a un partido que parece desconocer los principios básicos de un sistema democrático y condicionan su respaldo a la mayor o menor eficacia de dicho sistema.

Luego de declarar su “adhesión” al acto en el que estuvieron ausentes y de reafirmar su “compromiso democrático”, Cabildo Abierto empezó con los peros. "Entendemos que existen amenazas a la convivencia democrática y los derechos humanos que nos obligan a adoptar una postura no complaciente. Se arrastra un aumento de los asesinatos, la deplorable situación carcelaria, el avance del narcotráfico y la usura, que son algunas realidades de alto riesgo", afirma la carta firmada por el senador Guillermo Domenech, presidente de Cabildo, y por el ministro de Vivienda, Raúl Lozano, vicepresidente del partido.

“Precisamos instituciones sólidas, con independencia y control constitucional de los poderes del Estado, junto a un sistema penal sin disfuncionalidades, rechazando cualquier intento de que nos gobiernen desde afuera”, señala la declaración. "Hoy, como ayer, ese es el verdadero espíritu artiguista que permanece en lo profundo de los uruguayos. Nuestro mensaje es más democracia y respeto de la dignidad humana, velando por los derechos y obligaciones de las personas. Y contribuir entre todos a que la próxima campaña electoral se realice sin agravios ni falsas acusaciones, procurando estar a la altura de tan importante instancia democrática", concluyen los cabildantes.

No se entiende qué de todo lo dicho por Cabildo Abierto colisiona con su presencia en el Obelisco. Toda la floritura del comunicado parece dispuesta para justificar una decisión que resulta inquietante.

Este miércoles, Manini Ríos insistió en su audición semanal. “Se habla de que siempre se cumplió con las reglas del sistema democrático en los últimos 40 años, a lo que nosotros dijimos que no siempre hubo democracia plena en el verdadero sentido de la palabra”, sostuvo y explicó que “en dos oportunidades se consultó al pueblo uruguayo” por la continuidad de la Ley de Caducidad pero “esa voluntad fue olímpicamente desconocida por una mayoría circunstancial muy exigua en el Parlamento”. “En esa situación claramente no se respetaron o no se aplicaron las reglas del juego democrático como se debe porque la voluntad del pueblo uruguayo está por encima de todo”, abundó.

No se entiende qué de todo lo dicho por Cabildo Abierto colisiona con su presencia en el Obelisco. Toda la floritura del comunicado parece dispuesta para justificar una decisión que resulta inquietante.

Entonces, ¿Cabildo solo está dispuesto a dar un apoyo explícito y presencial a una democracia en la que se cumplan todos los preceptos de su ideología o de su programa de gobierno?, ¿las democracias imperfectas, como lo son todas, le generan desconfianza?

Pocos días después de aquel acto de 1983 en el Obelisco, cuyo recuerdo Cabildo ha despreciado, en Argentina asumió la presidencia Raúl Alfonsín tras una dictadura de 8 años. En su formidable discurso de asunción, Alfonsín dijo que “con la democracia no sólo se vota, sino también se come, se educa y se cura”. En realidad, con la democracia no todos se alimentan como deberían, ni tienen el mismo acceso a los sistemas de educación y de salud. Pero es el único sistema que permite votar a quienes se considera los mejores para encargarse de las necesidades de la gente. Y si nos equivocamos, habrá revancha.

Cuando se intenta ponerle apellidos a la democracia –“democracia plena”, pide Manini- generalmente se termina depreciando su nombre. La “voluntad del pueblo uruguayo” es una representación demasiado compleja e inasible, y ya sabemos qué pasó cuando hace cincuenta años un grupo de criminales uniformados la asumieron como propia.

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