El Tribunal Supremo Federal de Iraq, la máxima instancia judicial del país, destituyó al influyente presidente sunnita del Parlamento, Mohamed al Halbusi, desatando una nueva crisis política que ya llevó a que los ministros de Cultura, Planificación e Industria presentaron sus dimisiones para protestar por lo que calificaron como un “ataque” contra el ahora ex titular del órgano legislativo.
“Estamos sorprendidos por la emisión de la extraña decisión. Nos sorprende su falta de respeto a la Constitución”, afirmó al Halbusi, el político sunita más poderoso del país con relación a una sentencia que según los medios estatales no está sujeta a apelación y que se originó en una denuncia presentada por un diputado debido a la presunta "falsificación" de un documento.
Los legisladores se habían reunido para una sesión parlamentaria ordinaria y al Halbusi estaba en la cámara en el momento en que se informó la decisión del tribunal. Ex gobernador de la provincia de Anbar, al Halbusi fue elegido presidente del Parlamento en 2018, cuando tenía 37 años y reelegido en 2022 para un segundo mandato.
De profesión ingeniero, después de la invasión estadounidense de 2003 trabajó como contratista para empresas de ese país, posición que le permitió cultivar buenas relaciones con los musulmanes chiitas y con los kurdos, quienes contribuyeron a su ascenso al poder mediante el partido político Taqadom (“Progreso”, en árabe), espacio que denunció la decisión judicial como una “violación flagrante de la Constitución” con un “blanco político”.
Los analistas locales señalan que al Halbusi perdió apoyo dentro de la alianza chiita gobernante, llamada Marco de Coordinación (CF), al intentar formar un gobierno propio con los suníes después de las elecciones parlamentarias de 2022. Aunque finalmente se unió al CF en el gobierno, la lectura añade que el daño ya estaba hecho y que ya no era digno de la confianza del ejecutivo.
Bajo el sistema de poder compartido que rige en el país desde que finalizó la ocupación estadounidense, el presidente del parlamento es siempre sunnita, el primer ministro chiita y el presidente kurdo. En ese contexto, los analistas agregan que al Halbusi había acumulado demasiado poder debido a que consiguió reunir a los suníes, políticamente divididos desde 2003.
La crisis desatada por la decisión del tribunal es una más en una larga serie de sacudidas políticas que hacen y deshacen la alianzas entre los grandes partidos y los caudillos políticos, negociaciones que usualmente pueden acarrear meses. Todo esto en un contexto en el que el Parlamento, de 329 diputados, está actualmente dominado por una coalición de partidos chiitas proiraníes, en cuyo seno también hay disensos.
Dese hace varios meses, al Halbusi mantuvo roces con los grandes partidos proiraníes, luego de haberse convertido en pocos años en una figura política de primer plano y en un frecuente interlocutor de numerosos gobiernos occidentales y árabes. "Desgraciadamente, hay quienes buscan desestabilizar el país", declaró al Halbusi, considerando que su destitución se debió a un "veredicto extraño".
En lo inmediato, según la Constitución, el vicepresidente Mohsen al-Mandalawi, de origen chiita, asumirá el cargo de presidente interino del Parlamento hasta que se nombre un nuevo jefe. La crisis política se produce antes de las elecciones provinciales previstas para el 18 de diciembre próximo, las primeras en una década.
(Con información de AFP)