Mundo > Protestas
La oposición en Nicaragua marcha para derrocar al presidente
La Alianza Cívica por la Justicia y la Democracia invitó a los nicaragüenses a sumarse este jueves a una manifestación de cinco kilómetros para pedir la salida del presidente. Esta es la primera expresión masiva a la que convoca Alianza Cívica para presionar a Daniel Ortega. A la movilización se le suma un paro nacional que se realizará este viernes y una caravana por los combativos barrios orientales de Managua el sábado.
En respuesta al paro del viernes, el gobierno anunció "el repliegue", una caravana encabezada por Ortega que conmemora la Revolución Sadinista de 1979. La celebración irá hasta la ciudad de Masaya, en la que se encuentra el barrio indígena Monimbó. Sus pobladores temen que haya una violenta incursión hacia el barrio. "Aquí en Monimbó no lo vamos a permitir. No lo queremos y lo sabe. Nunca van a entrar, a menos que nos maten a todos", aseguró a la AFP un hombre con la cara cubierta en una barricada.
El barrio de Monimbó parece un fortín. Sus pobladores se mantienen antrincherados tras grandes barreras de adoquines que fueron levantadas por los manifestantes. Las barricadas fueron construidas para evitar el paso de la policía y de los antimotines, que están fuertemente armados. "Monimbó resiste, no van a entrar porque les da miedo. El monimboseño es kamikaze: va a morir él, pero va a matar a dos", dijo un joven del movimiento opositor.
Lea también: Régimen de Ortega viola los DDHH
Las manifestaciones comenzaron el 18 de abril contra una reforma que planteaba un incremento de los aportes de los trabajadores y de las empresas para el seguro y una disminución del 5% de su pensión a los jubilados. Las manifestaciones han sido reprimidas violentamente y a pesar de que Ortega decidió anular la reforma, no se calmaron los ánimos. Los opositores piden la renuncia del presidente que gobierna desde el 2007 por tercer periodo consecutivo. A él y a su esposa lo acusan de haber instalado una dictadura en el país.
En las últimas semanas Ortega intensificó la "operación limpieza" que consiste en derribar barricadas construidas por los manifestantes en las calles. El miércoles, el secretario ejecutivo de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH), Paulo Abrao, le hizo un llamado de atención al gobierno y le solicitó que las próximas protestas y manifestaciones se desarrollen pacíficamente. La Comisión también denunció ante el consejo permanente de la OEA el aumento de la represión contra los manifestantes y la muerte de 264 personas en casi tres meses de protestas.
El canciller Denis Moncada consideró que el informe de la CIDH era "apresurado, prejuicioso y carente de objetividad". A todo esto, el gobierno considera que los manifestantes opositores son "delincuentes", "golpistas" y "terroristas".
La Iglesia Católica es la que cumple el rol de mediadora entre el gobierno y la Alianza Cívica, a través de la realización de una mesa de negociación. Como una posible salida de la crisis propuso adelantar las elecciones del 2021 para el 2019, pero Ortega rechazó la propuesta.
Carta de los obispos uruguayos
El Consejo Permanente de la Conferencia Episcopal del Uruguay (CEU) envió una carta a los obispos de Nicaragua para expresarles su "cercanía en este momento que está viviendo el pueblo y la Iglesia en Nicaragua". En una misiva dirigida al cardenal Leopoldo Brenes-arzobispo de Managua y presidente del episcopado de Nicaragua-, los obispos Carlos Collazzi, presidente de la CEU; Arturo Fajardo, obispo de San José; y Milton Tróccoli, obispo de Maldonado- Punta del Este, aseguraron su oración, "especialmente por las víctimas de la violencia" y abogaron para que "se encuentre los caminos del diálogo, donde prime el bien común y la búsqueda de la paz".
